Al leer la carta, el rey de Israel se rasgó las vestiduras y exclamó: «¿Y acaso soy Dios, capaz de dar vida o muerte, para que este hombre me pida sanar a uno con su piel enferma? ¡Fíjense bien que me está buscando pleito!».
Lucas 11:54 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Estaban tendiéndole trampas para ver si fallaba en algo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 acechándole, y procurando cazar alguna palabra de su boca para acusarle. Biblia Nueva Traducción Viviente Querían tenderle una trampa para que dijera algo que pudieran usar en su contra. Biblia Católica (Latinoamericana) Le pedían su parecer sobre un montón de cosas y le ponían trampas para sorprenderlo en alguna de sus respuestas. La Biblia Textual 3a Edicion tendiéndole lazos para cazar algo de su boca. Biblia Serafín de Ausejo 1975 tendiéndole trampas para cazarlo en alguna palabra salida de su boca. Biblia Reina Valera Gómez (2023) acechándole, y procurando cazar alguna palabra de su boca para acusarle. |
Al leer la carta, el rey de Israel se rasgó las vestiduras y exclamó: «¿Y acaso soy Dios, capaz de dar vida o muerte, para que este hombre me pida sanar a uno con su piel enferma? ¡Fíjense bien que me está buscando pleito!».
Entonces salieron los fariseos y tramaron cómo tenderle a Jesús una trampa con sus mismas palabras.
Conociendo sus malas intenciones, Jesús respondió: —¡Hipócritas! ¿Por qué me tienden trampas?
Luego enviaron a Jesús algunos de los fariseos y los partidarios del rey Herodes para tenderle una trampa con sus mismas palabras.
Algunos que buscaban un motivo para acusar a Jesús no le quitaban la vista de encima para ver si sanaba al enfermo en día sábado.
Cuando Jesús salió de allí, los maestros de la Ley y los fariseos, resentidos, se pusieron a acosarlo con preguntas.
Entonces, para acecharlo, enviaron espías que fingían ser gente honorable. Pensaban atrapar a Jesús en algo que él dijera y así poder entregarlo a la jurisdicción del gobernador.
No pudieron atraparlo en lo que decía en público. Así que, admirados de su respuesta, se callaron.
No se deje convencer, porque más de cuarenta de ellos van a tenderle una emboscada. Han jurado bajo maldición no comer ni beber hasta que hayan logrado matarlo. Ya están listos; solo aguardan a que usted prometa concederles su petición.