Y ordenó que le dijeran: «Mi señor Esaú, su siervo Jacob nos ha enviado a decirle que él ha vivido en la casa de Labán todo este tiempo
Jueces 5:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 »Oh Señor, cuando saliste de Seír, cuando marchaste desde los campos de Edom, tembló la tierra, fluyeron los cielos, las nubes derramaron agua. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Cuando saliste de Seir, oh Jehová, Cuando te marchaste de los campos de Edom, La tierra tembló, y los cielos destilaron, Y las nubes gotearon aguas. Biblia Nueva Traducción Viviente »Señor, cuando saliste de Seir y marchaste por los campos de Edom, la tierra tembló, y los cielos nublados derramaron lluvias torrenciales. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Oh Yavé! Cuando saliste de Seir, atravesando los campos de Edom, tembló la tierra, los cielos se deshicieron, las nubes se convirtieron en agua. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando saliste de Seír, oh YHVH, Cuando avanzaste desde el campo de Edom, La tierra se estremeció, los cielos destilaron, Y las nubes gotearon agua. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando tú, Yahveh, salías de Seír cuando avanzabas por los campos de Edom, se estremeció la tierra, gotearon los cielos y las nubes destilaron agua. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Jehová, cuando saliste de Seir, cuando te apartaste del campo de Edom, la tierra tembló, y los cielos destilaron, y las nubes gotearon aguas. |
Y ordenó que le dijeran: «Mi señor Esaú, su siervo Jacob nos ha enviado a decirle que él ha vivido en la casa de Labán todo este tiempo
La tierra tembló, se estremeció; se sacudieron los cimientos de los cielos; temblaron a causa de su enojo.
Él remueve los cimientos de la tierra y hace que se estremezcan sus columnas.
Derramaron su lluvia las nubes; retumbaron con estruendo los cielos; rasgaron el espacio tus flechas.
Tu estruendo retumbó en el torbellino y tus relámpagos iluminaron el mundo; la tierra se estremeció con temblores.
Estamos como si nunca nos hubieras gobernado, como si nunca hubiéramos llevado tu nombre.
A su paso se derriten los montes como la cera junto al fuego; se agrietan los valles como partidos por el agua de un torrente.
Les dijo: «Vino el Señor desde el Sinaí, vino sobre su pueblo, como aurora, desde Seír; resplandeció desde el monte Parán. Llegó con millares de santos desde el sur, desde las laderas de sus montañas.
En aquella ocasión, su voz estremeció la tierra, pero ahora ha prometido: «Una vez más haré que se estremezca no solo la tierra, sino también el cielo».