Dichosos los siervos a quienes su señor encuentre pendientes de su llegada. Les aseguro que se ajustará la ropa, hará que los siervos se sienten a la mesa y él mismo se pondrá a servirles.
Juan 21:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Cuando eras más joven te vestías tú mismo e ibas adonde querías. Pero te aseguro que cuando seas viejo, extenderás las manos y otro te vestirá y te llevará adonde no quieras ir. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. Biblia Nueva Traducción Viviente »Te digo la verdad, cuando eras joven, podías hacer lo que querías; te vestías tú mismo e ibas adonde querías ir. Sin embargo, cuando seas viejo, extenderás los brazos, y otros te vestirán y te llevarán adonde no quieras ir. Biblia Católica (Latinoamericana) En verdad, cuando eras joven, tú mismo te ponías el cinturón e ibas a donde querías. Pero cuando llegues a viejo, abrirás los brazos y otro te amarrará la cintura y te llevará a donde no quieras. La Biblia Textual 3a Edicion De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías a ti mismo e ibas adonde querías; pero cuando envejezcas, extenderás tus manos, y otro te ceñirá y te llevará adonde no quieres. Biblia Serafín de Ausejo 1975 De verdad te lo aseguro: cuando eras más joven, tú mismo te ceñías e ibas a donde querías, pero cuando seas viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías e ibas a donde querías; pero cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. |
Dichosos los siervos a quienes su señor encuentre pendientes de su llegada. Les aseguro que se ajustará la ropa, hará que los siervos se sienten a la mesa y él mismo se pondrá a servirles.
—¿Y a dónde vas, Señor? —preguntó Simón Pedro. Jesús respondió: —Adonde yo voy, no puedes seguirme ahora, pero me seguirás más tarde.
Por tercera vez Jesús preguntó: —Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? A Pedro le dolió que por tercera vez Jesús le hubiera preguntado: «¿Me quieres?». Así que dijo: —Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. —Apacienta mis ovejas —dijo Jesús—.
Esto dijo Jesús para dar a entender la clase de muerte con que Pedro glorificaría a Dios. Después de eso, añadió: —¡Sígueme!
Este vino a vernos, tomó el cinturón de Pablo, se ató con él de pies y manos, entonces dijo: —Así dice el Espíritu Santo: “De esta manera atarán los judíos de Jerusalén al dueño de este cinturón y lo entregarán en manos de los no judíos”.
Realmente, vivimos en esta tienda de campaña suspirando y agobiados, pues no deseamos ser desvestidos, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.