Reunió a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus malignos.
Juan 17:22 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno: Más versionesBiblia Reina Valera 1960 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Biblia Nueva Traducción Viviente »Les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo les he dado la Gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: La Biblia Textual 3a Edicion Y Yo les he dado la gloria que me has dado, para que sean uno como Nosotros somos uno. Biblia Serafín de Ausejo 1975 La gloria que me has dado yo se la he dado a ellos, para que sean uno, como nosotros somos uno. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y la gloria que me diste, yo les he dado; para que sean uno, como nosotros somos uno. |
Reunió a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus malignos.
para que coman y beban a mi mesa en mi reino y se sienten en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y contemplamos su gloria, la gloria que corresponde al Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.
En aquel día ustedes se darán cuenta de que yo estoy en mi Padre, ustedes en mí y yo en ustedes.
»Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy. Que vean mi gloria, la gloria que me has dado porque me amaste desde antes de la creación del mundo.
Así, pues, los apóstoles salieron del Consejo, llenos de gozo por haber sido considerados dignos de sufrir afrentas por causa del Nombre.
A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.
Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.
Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios».
Nosotros, colaboradores de Dios, les rogamos que no reciban su gracia en vano.
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular.
Porque a ustedes se les ha concedido no solo creer en Cristo, sino también sufrir por él,
Ahora me alegro en medio de mis sufrimientos por ustedes y voy completando en mí mismo lo que falta de las aflicciones de Cristo, en favor de su cuerpo, que es la iglesia.
Les anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.
El que obedece sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él. ¿Cómo sabemos que él permanece en nosotros? Por el Espíritu que nos dio.
Ese amor se manifiesta plenamente entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza, porque en este mundo somos como Jesús.
La muralla de la ciudad tenía doce cimientos en los que estaban los nombres de los doce apóstoles del Cordero.