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Jeremías 26:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Pero Jeremías dijo a todos los oficiales y a todo el pueblo: «El Señor me envió para profetizar contra esta casa y contra esta ciudad todas las cosas que ustedes han escuchado.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y habló Jeremías a todos los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: Jehová me envió a profetizar contra esta casa y contra esta ciudad, todas las palabras que habéis oído.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces Jeremías habló en su propia defensa a los funcionarios y al pueblo. «El Señor me envió para profetizar contra este templo y contra esta ciudad —dijo—. El Señor me dio cada una de las palabras que he hablado;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Respondió Jeremías: 'Yavé me ha enviado a decirles todas las palabras que han escuchado respecto de su templo y de esta ciudad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces Jeremías habló a todos los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: YHVH me ha enviado a profetizar contra esta Casa y contra esta ciudad todas las palabras que habéis oído.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Jeremías habló a todos los príncipes y a todo el pueblo, diciéndoles: 'Yahveh me ha enviado a profetizar contra este templo y contra esta ciudad todas las palabras que habéis oído.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y habló Jeremías a todos los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: Jehová me envió a que profetizase contra esta casa y contra esta ciudad, todas las palabras que habéis oído.

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Otras versiones



Jeremías 26:12
9 Referencias Cruzadas  

Pero sepan que, si ustedes me matan, estarán derramando sangre inocente sobre ustedes mismos y sobre los habitantes de esta ciudad. Porque verdaderamente el Señor me ha enviado a que les anuncie claramente todas estas cosas».


«Así dice el Señor: “Párate en el atrio del Templo del Señor y di todas las palabras que yo te ordene a todos los habitantes de las ciudades de Judá que vienen a adorar en el Templo del Señor. No omitas ni una sola palabra.


Y, cuando te pregunten por qué lloras así, diles que es por la noticia de lo que va a suceder. Esta noticia hará que todos los corazones desfallezcan y todas las manos caigan; que todos los ánimos decaigan y todas las rodillas tiemblen. ¡Ya está por llegar! ¡Ya es una realidad! Yo, el Señor y Dios, lo afirmo».


Ruge el león; ¿quién no temblará de miedo? Habla el Señor y Dios; ¿quién no profetizará?


Pero Pedro y Juan replicaron: —¿Es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes en vez de obedecerlo a él? ¡Júzguenlo ustedes mismos!


—¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! —respondieron Pedro y los demás apóstoles—.