En cuanto Jacob la reconoció, exclamó: «¡Sí, es la túnica de mi hijo! ¡Seguro que un animal salvaje lo devoró y lo hizo pedazos!».
Génesis 48:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Luego dijo a José: —Ya había perdido la esperanza de volver a verte, ¡y ahora Dios me ha concedido ver también a tus hijos! Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y dijo Israel a José: No pensaba yo ver tu rostro, y he aquí Dios me ha hecho ver también a tu descendencia. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Jacob le dijo a José: —Nunca pensé que volvería a ver tu rostro, ¡pero ahora Dios me ha permitido ver también a tus hijos! Biblia Católica (Latinoamericana) Israel dijo a José: ' Nunca pensé que volvería a verte, y ahora Dios me concede ver incluso a tus descendientes. La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo Israel a José: No contaba con ver tu rostro, y fíjate, ’Elohim me ha hecho ver también tu descendencia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo Israel a José: 'No contaba yo con ver más tu rostro; pero Dios ha hecho que te viera a ti y también a tu descendencia'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo Israel a José: No pensaba yo ver tu rostro, y he aquí Dios me ha hecho ver también tu simiente. |
En cuanto Jacob la reconoció, exclamó: «¡Sí, es la túnica de mi hijo! ¡Seguro que un animal salvaje lo devoró y lo hizo pedazos!».
Todos sus hijos y sus hijas intentaban calmarlo, pero él no se dejaba consolar, sino que decía: «No. Guardaré luto hasta que muera y me reúna con mi hijo». Así Jacob siguió llorando la muerte de José.
Entonces Jacob, su padre, dijo: —¡Ustedes me van a dejar sin hijos! José ya no está con nosotros, Simeón tampoco está aquí, ¡y ahora se quieren llevar a Benjamín! ¡Todo esto me perjudica!
Al llegar dijeron: «¡José vive! ¡Es el gobernador de todo Egipto!». Jacob quedó atónito y no les creía,
Israel ya era muy anciano y por su avanzada edad casi no podía ver; por eso José los acercó y su padre los besó y abrazó.
La corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres.
Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros,