Saray, la esposa de Abram, no le había dado hijos. Pero como tenía una esclava egipcia llamada Agar,
Génesis 16:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 y le preguntó: —Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas? —Estoy huyendo de mi dueña Saray —respondió ella. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora. Biblia Nueva Traducción Viviente El ángel le dijo: —Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes y hacia dónde vas? —Estoy huyendo de mi señora, Sarai —contestó ella. Biblia Católica (Latinoamericana) y le dijo: 'Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas?' La Biblia Textual 3a Edicion y le dijo: Agar, sierva de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de la presencia de mi señora Saray. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y le preguntó: 'Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y adónde vas?'. Y ella le respondió: 'Voy huyendo de la presencia de Saray, mi señora'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora. |
Saray, la esposa de Abram, no le había dado hijos. Pero como tenía una esclava egipcia llamada Agar,
Abram tuvo relaciones sexuales con Agar y ella concibió un hijo. Al darse cuenta Agar de que estaba embarazada, comenzó a mirar con desprecio a su dueña.
—Vuelve junto a ella y sométete a su autoridad —le dijo el ángel del Señor—.
Cuando Dios oyó al muchacho sollozar, el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: «¿Qué te pasa, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado los sollozos del muchacho ahí donde está.
—¡Qué has hecho! —exclamó el Señor—. Desde la tierra, la sangre de tu hermano me reclama justicia.
Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el manto y, saliendo, se puso a la entrada de la cueva. Entonces oyó una voz que le dijo: —¿Qué haces aquí, Elías?
Allí pasó la noche en una cueva. Más tarde, la palabra del Señor vino a él. —¿Qué haces aquí, Elías? —le preguntó.
Entonces Guiezi se presentó ante su amo. —¿De dónde vienes, Guiezi? —preguntó Eliseo. —Su servidor no ha ido a ninguna parte —respondió Guiezi.
Si el ánimo del gobernante se exalta contra ti, no abandones tu puesto. La tranquilidad es el remedio para los grandes errores.
Cuando el anciano miró y vio en la plaza de la ciudad al viajero, le preguntó: —¿A dónde vas? ¿De dónde vienes?
Majestad, señor mío, le ruego que escuche mis palabras. Si quien lo mueve a usted en mi contra es el Señor, una ofrenda bastará para aplacarlo. Pero si son los hombres, ¡que el Señor los maldiga! Hoy me expulsan de esta tierra, que es la herencia del Señor, y me dicen: “¡Vete a servir a otros dioses!”.