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2 Samuel 11:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

En la primavera, que era la época en que los reyes salían de campaña, David mandó a Joab con la guardia real y todo el ejército de Israel para que aniquilara a los amonitas y sitiara la ciudad de Rabá. Pero David se quedó en Jerusalén.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

En la primavera, cuando los reyes suelen salir a la guerra, David envió a Joab y al ejército israelita para pelear contra los amonitas. Destruyeron al ejército amonita y sitiaron la ciudad de Rabá. Sin embargo, David se quedó en Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

A vuelta de año, en la época en que los reyes hacen sus campañas, David mandó a Joab con su guardia y todo Israel. Derrotaron completamente a los amonitas y sitiaron Rabbá, mientras David se quedaba en Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Aconteció en la primavera del año,° al tiempo que los reyes° suelen salir a campaña, que David envió a Joab y con él a sus siervos y todo Israel, los cuales destruyeron a los amonitas y sitiaron a Rabá; pero David permaneció en Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

A la vuelta de un año, por el tiempo en que los reyes salen a campaña, mandó salir David a Joab con sus servidores y con todo Israel. Devastaron el país de los amonitas y pusieron cerco a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y aconteció a la vuelta del año, en el tiempo que salen los reyes a la batalla, que David envió a Joab, y a sus siervos con él, y a todo Israel; y destruyeron a los hijos de Amón, y pusieron sitio a Rabá. Pero David se quedó en Jerusalén.

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Otras versiones



2 Samuel 11:1
15 Referencias Cruzadas  

Al ver que los arameos se daban a la fuga, también los amonitas huyeron de Abisay y se refugiaron en la ciudad. Entonces Joab suspendió el ataque contra los amonitas y regresó a Jerusalén.


Más tarde, el profeta se presentó ante el rey de Israel y le dijo: «Vaya, refuerce el ejército y trace un buen plan, porque el año entrante el rey de Aram volverá a atacar».


Al año siguiente, pasó revista a las tropas arameas y marchó a Afec para atacar a Israel.


En la primavera, que era la época en que los reyes salían de campaña, Joab sacó el grueso del ejército y devastó el país de los amonitas. Llegó hasta Rabá, la atacó y la destruyó; pero David se quedó en Jerusalén.


Por eso, a comienzos del año el rey Nabucodonosor mandó que lo llevaran a Babilonia, junto con los utensilios más valiosos del Templo del Señor e hizo reinar sobre Judá y Jerusalén a Sedequías, pariente de Joaquín.


¿Quién me llevará a la ciudad fortificada? ¿Quién me mostrará el camino a Edom?


tiempo para amar y tiempo para odiar; tiempo para la guerra y tiempo para la paz.


Vienen días», afirma el Señor, «en que yo haré resonar el grito de guerra contra Rabá de los amonitas y se convertirá en un montón de ruinas; sus villas serán incendiadas. Entonces Israel despojará de todo a los que de todo la despojaron», afirma el Señor.


«¡Gime, Hesbón, porque Hai ha sido destruida! ¡Griten, hijas de Rabá! ¡Vístanse de luto y hagan lamentación; corran de un lado a otro, dentro de los muros!, porque Moloc marcha al destierro, junto con sus sacerdotes y oficiales.


Traza un camino para que la espada llegue contra Rabá de los amonitas y contra Jerusalén, la ciudad fortificada de Judá.


Por eso yo prenderé fuego a los muros de Rabá que consumirá sus fortalezas entre gritos de guerra en el día de la batalla, y en el rugir de la tormenta en un día de tempestad.


Entonces saldrá el Señor y peleará contra aquellas naciones, como cuando pelea en el día de la batalla.


Por cierto, el rey Og de Basán fue el último de los refaítas. Su cama era de hierro y medía nueve codos de largo y cuatro codos de ancho. Todavía está en Rabá de los amonitas.


Además, cada vez que los comandantes filisteos salían a campaña, David los enfrentaba con más éxito que los otros oficiales de Saúl. Por eso llegó a ser muy famoso.