La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




2 Corintios 3:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Ustedes mismos son nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

La única carta de recomendación que necesitamos son ustedes mismos. Sus vidas son una carta escrita en nuestro corazón; todos pueden leerla y reconocer el buen trabajo que hicimos entre ustedes.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Ustedes mismos son nuestra carta de recomendación; es una carta escrita en el interior de las personas pero que todos pueden leer y entender.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Nuestra epístola sois vosotros, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres;

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Nuestra carta sois vosotros: escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Nuestra carta sois vosotros, escrita en nuestros corazones, sabida y leída de todos los hombres;

Ver Capítulo
Otras versiones



2 Corintios 3:2
9 Referencias Cruzadas  

En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos ustedes, pues en el mundo entero se habla bien de su fe.


Según la gracia que Dios me ha dado, yo, como maestro constructor, puse el fundamento y otro construye sobre él. Pero cada uno tenga cuidado de cómo construye,


¿Por qué? ¿Porque no los amo? ¡Dios sabe que sí!


Así que de buena gana gastaré todo lo que tengo, y hasta yo mismo me desgastaré del todo por ustedes. Si los amo hasta el extremo, ¿me amarán menos?


¿Acaso comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O acaso tenemos que presentarles o pedirles a ustedes cartas de recomendación, como hacen algunos?


No digo esto para condenarlos; ya les he dicho que tienen un lugar tan amplio en nuestro corazón que con ustedes viviríamos o moriríamos.


Es justo que yo piense así de todos ustedes porque los llevo en el corazón; pues, ya sea que me encuentre preso o defendiendo y confirmando el evangelio, todos ustedes participan conmigo de la gracia que Dios me ha dado.


Partiendo de ustedes, el mensaje del Señor se ha proclamado no solo en Macedonia y en Acaya, sino en todo lugar; a tal punto se ha divulgado su fe en Dios que ya no es necesario que nosotros digamos nada.