Después tomaron el cuerpo de Absalón, lo tiraron en un hoyo grande que había en el bosque y sobre su cadáver amontonaron muchísimas piedras. Mientras tanto, todos los israelitas huyeron a sus casas.
1 Samuel 4:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Entonces los filisteos se lanzaron al ataque y derrotaron a los israelitas, los cuales huyeron en desbandada. La matanza fue terrible, pues de los israelitas cayeron treinta mil soldados de infantería. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pelearon, pues, los filisteos, e Israel fue vencido, y huyeron cada cual a sus tiendas; y fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que los filisteos pelearon con desesperación, y de nuevo derrotaron a Israel. La matanza fue grande; ese día murieron treinta mil soldados israelitas. Los sobrevivientes dieron la vuelta y huyeron, cado uno a su carpa. Biblia Católica (Latinoamericana) Los filisteos presentaron batalla; los israelitas fueron derrotados y cada cual huyó para su casa. Fue un gran desastre: treinta mil combatientes cayeron de entre las filas de Israel. La Biblia Textual 3a Edicion Y combatieron los filisteos, e Israel fue derrotado, y cada hombre huyó a su tienda, y hubo una gran matanza, por cuanto cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Trabaron batalla los filisteos, los israelitas fueron derrotados y emprendieron la huida, cada uno a su tienda. La derrota fue muy grande: cayeron de Israel treinta mil soldados de a pie. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pelearon, pues, los filisteos, e Israel fue vencido; y huyeron cada cual a su tienda y fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie. |
Después tomaron el cuerpo de Absalón, lo tiraron en un hoyo grande que había en el bosque y sobre su cadáver amontonaron muchísimas piedras. Mientras tanto, todos los israelitas huyeron a sus casas.
Los soldados de David derrotaron allí al ejército de Israel. La lucha fue intensa aquel día: hubo veinte mil bajas.
Ante esto, el rey se levantó y fue a sentarse junto a la puerta de la ciudad. Cuando los soldados lo supieron, fueron todos a presentarse ante él. Los israelitas, mientras tanto, habían huido a sus casas,
Por allí se encontraba un malvado que se llamaba Sabá, hijo de Bicrí, que era benjamita. Dando un toque de trompeta, se puso a gritar: «¡Pueblo de Israel, todos a sus casas, pues no tenemos parte con David ni herencia con el hijo de Isaí!».
Cuando se dieron cuenta de que el rey no iba a hacerles caso, todos los israelitas exclamaron a una: «¡Pueblo de Israel, todos a sus casas! ¡Y tú, David, ocúpate de los tuyos! ¿Qué parte tenemos con David? ¿Qué herencia tenemos con el hijo de Isaí?». Así que se fueron cada uno a su casa.
Ya se ponía el sol cuando por todo el ejército se difundió un clamor: «Cada hombre a su ciudad. ¡Todo el mundo a su tierra!».
Abías y su ejército les ocasionaron una gran derrota, matando a quinientos mil soldados selectos de Israel.
La tribu de Efraín, con sus diestros arqueros, retrocedió el día de la batalla.
»“Vayan ahora a mi santuario en Siló, donde al principio hice habitar mi Nombre, y vean lo que hice con él por culpa de la maldad de mi pueblo Israel.
Yo les negaré mi favor y sus adversarios los derrotarán. Sus enemigos los dominarán y ustedes huirán sin que nadie los persiga.
Pero debes saber que, si no obedeces al Señor tu Dios ni cumples fielmente todos sus mandamientos y estatutos que hoy te ordeno, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas maldiciones:
El Señor hará que te derroten tus enemigos. Avanzarás contra ellos por un camino y huirás de ellos por siete caminos. Todos los reinos de la tierra sentirán horror al verte.
—Mira —dijo el Señor—, estoy por hacer en Israel algo que a todo el que lo oiga le quedará retumbando en los oídos.
desplegaron sus tropas para atacar a los israelitas. Se entabló la batalla y los filisteos derrotaron a los israelitas, matando en el campo a unos cuatro mil de ellos.