David, por su parte, subió al monte de los Olivos llorando, con la cabeza cubierta y los pies descalzos. También todos los que lo acompañaban se cubrieron la cabeza y subieron llorando.
1 Corintios 11:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Todo hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta deshonra al que es su cabeza. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza. Biblia Nueva Traducción Viviente El hombre deshonra a su cabeza si se cubre la cabeza mientras ora o profetiza. Biblia Católica (Latinoamericana) Si un varón ora o profetiza con la cabeza cubierta, deshonra su cabeza. La Biblia Textual 3a Edicion Todo varón que ora o profetiza teniendo algo° sobre la cabeza,° afrenta su cabeza.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Todo varón que ora o habla en nombre de Dios con la cabeza cubierta, deshonra su cabeza. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Todo varón que ora o profetiza cubierta la cabeza, deshonra su cabeza. |
David, por su parte, subió al monte de los Olivos llorando, con la cabeza cubierta y los pies descalzos. También todos los que lo acompañaban se cubrieron la cabeza y subieron llorando.
Pero el rey, cubriéndose la cara, seguía gritando a voz en cuello: «¡Ay, Absalón, hijo mío! ¡Ay, Absalón, hijo mío, hijo mío!».
El hijo ultraja al padre, la hija se rebela contra la madre, la nuera contra la suegra y los enemigos de cada cual están en su propia familia.
En la iglesia de Antioquía eran profetas y maestros: Bernabé, Simeón, apodado el Negro, Lucio de Cirene, Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca, y Saulo.
¿No enseña el mismo orden natural de las cosas que es una vergüenza para el hombre dejarse crecer el cabello,
En cambio, toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta deshonra al que es su cabeza; es como si estuviera rasurada.
a otros, poderes milagrosos; a otros, profecía; a otros, el discernir espíritus; a otros, el hablar en diversas lenguas; y a otros, el interpretar lenguas.
En la iglesia Dios ha puesto, en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego los que hacen milagros; después los que tienen dones para sanar enfermos, los que ayudan a otros, los que administran y los que hablan en diversas lenguas.
Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios; si poseo todo conocimiento, si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada.