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1 Corintios 13:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

2 Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios; si poseo todo conocimiento, si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Si tuviera el don de profecía y entendiera todos los planes secretos de Dios y contara con todo el conocimiento, y si tuviera una fe que me hiciera capaz de mover montañas, pero no amara a otros, yo no sería nada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios -el saber más elevado-, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta el amor nada soy.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y toda la ciencia,° y si tuviera toda la fe, de tal manera que removiera montañas,° y no tuviera amor, nada soy.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Y si tengo el don de profecía y conozco todos los misterios y todo el saber; y tengo tanta fe como para mover montañas, pero no tengo amor, nada soy.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Y si tuviese el don de profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo caridad, nada soy.

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1 Corintios 13:2
38 Referencias Cruzadas  

Él respondió: —A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos; pero a ellos no.


—Por la poca fe que tienen —respondió—. Les aseguro que si tuvieran fe tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a esta montaña: “Trasládate de aquí para allá” y se trasladaría. Para ustedes nada sería imposible.


Al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no encontró nada más que hojas. —¡Nunca más vuelvas a dar fruto! —le dijo. Y al instante se secó la higuera.


—Les aseguro que si tienen fe y no dudan —respondió Jesús—, no solo harán lo que he hecho con la higuera, sino que podrán decir a este monte: “Quítate de ahí y tírate al mar”, y así se hará.


En la iglesia de Antioquía eran profetas y maestros: Bernabé, Simeón, apodado el Negro, Lucio de Cirene, Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca, y Saulo.


Hermanos, quiero que entiendan este misterio para que no se vuelvan presuntuosos. Parte de Israel se ha endurecido y así permanecerá hasta que haya entrado la totalidad de los no judíos.


Por mi parte, hermanos míos, estoy seguro de que ustedes mismos rebosan de bondad, abundan en conocimiento y están capacitados para instruirse unos a otros.


Al que puede fortalecerlos a ustedes conforme a mi evangelio y a la predicación acerca de Jesucristo, según la revelación del misterio que durante largos siglos se mantuvo en secreto,


Todo hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta deshonra al que es su cabeza.


En la iglesia Dios ha puesto, en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego los que hacen milagros; después los que tienen dones para sanar enfermos, los que ayudan a otros, los que administran y los que hablan en diversas lenguas.


Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido.


Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, si entrego mi cuerpo para tener de qué presumir, pero no tengo amor, nada gano con eso.


El amor jamás se extingue. Pero las profecías cesarán, las lenguas terminarán y el conocimiento se agotará.


En cuanto a los profetas, que hablen dos o tres y que los demás examinen con cuidado lo dicho.


Así que, hermanos míos, ambicionen el don de profetizar y no prohíban que se hable en lenguas.


El que habla en lenguas se edifica a sí mismo; en cambio, el que profetiza edifica a la iglesia.


Fíjense bien en el misterio que voy a revelar: No todos moriremos, pero todos seremos transformados,


Si alguno no ama al Señor, quede bajo maldición. ¡Marana ta!


Que todos nos consideren servidores de Cristo, encargados de administrar los misterios de Dios.


Para nada cuenta estar o no estar circuncidado, lo que importa es cumplir los mandatos de Dios.


De modo que, en cuanto a comer lo sacrificado a los ídolos, sabemos que un ídolo no tiene ningún valor en este mundo y que hay un solo Dios.


Me he portado como un insensato, pero ustedes me han obligado a ello. Ustedes debían haberme elogiado, pues de ningún modo soy inferior a los «superapóstoles», aunque yo no soy nada.


Así que les digo: vivan por el Espíritu y no sigan los deseos de la carne;


En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,


Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo.


Al leer esto, podrán darse cuenta de que comprendo el misterio de Cristo.


Oren también por mí para que, cuando hable, Dios me dé las palabras para dar a conocer con valor el misterio del evangelio,


anunciando el misterio que se ha mantenido oculto por siglos y generaciones, pero que ahora se ha manifestado a su pueblo santo.


No hay duda de que es grande el misterio de nuestra fe: Él se manifestó como hombre; fue justificado por el Espíritu, visto por los ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, recibido en la gloria.


El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.


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