No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que llegue Siloh,° Y sea suya la obediencia de los pueblos.
Job 27:19 - La Biblia Textual 3a Edicion Se acostará rico, pero no volverá a serlo,° Abrirá los ojos, y no le quedará nada. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Rico se acuesta, pero por última vez; Abrirá sus ojos, y nada tendrá. Biblia Nueva Traducción Viviente Los malvados se acuestan siendo ricos pero, cuando despiertan, descubren que toda su riqueza se ha esfumado. Biblia Católica (Latinoamericana) Se acuesta rico, pero por última vez;
pues al abrir los ojos no le queda nada. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se acuesta rico, mas por última vez; abre los ojos, y no tiene nada. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El rico se acostará, mas no será recogido; abrirá sus ojos, y ya no será. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Por la noche, se acuestan ricos; por la mañana, amanecen pobres; |
No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que llegue Siloh,° Y sea suya la obediencia de los pueblos.
Que el triunfo de los malvados es efímero, Y que la alegría del profano dura un instante?
Que el malo es preservado en el día del infortunio, Y que del día de la ira se lo excluye?°
Aunque exaltados por un tiempo, luego dejan de existir, Abatidos y marchitos como plantas, Son segados como espigas.
Yo sé que me conduces a la muerte, A la casa destinada para todos los vivientes.
¿Por qué no quitas mis pecados y haces que pase mi iniquidad? Porque en breve me acostaré en el polvo, Me buscarás, pero no existiré.
El ojo del que me ve, ya no me verá más, Tus ojos se fijarán en mí, pero ya no existiré.°
Los que te aborrecen serán vestidos de vergüenza, Y la tienda de los impíos desaparecerá.°
Antes que vuestras ollas° sientan el fuego de los espinos, Así vivos, así airados, los barrerá el torbellino.
Pues le echas una mirada, y ya no están, Han echado alas como un águila que vuela a los cielos.
y los esparcirán ante el sol, ante la luna y ante todo el ejército de los cielos, a quienes aman y rinden culto, a quienes siguen y consultan, y ante quienes se postran. No serán recogidos ni sepultados; quedarán como estiércol sobre la faz de la tierra.
¡Jerusalem, Jerusalem, que matas a los profetas, y apedreas a los que te han sido enviados! ¡Cuántas veces quise° juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos bajo las alas, y no quisisteis!
Tiene su aventador en la mano y limpiará bien su era. Recogerá su trigo en el granero y quemará la paja con fuego inextinguible.