Tampoco vertiste aceite sobre mi cabeza; pero ella ha derramado perfume sobre mis pies.
Juan 12:3 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento) María tomó un frasco de perfume muy caro - casi medio litro de nardo puro - y lo derramó sobre los pies de Jesús; después los secó con sus cabellos. La casa entera se llenó de la fragancia de aquel perfume. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces María tomó un frasco con casi medio litro de un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume. Biblia Católica (Latinoamericana) María, pues, tomó una libra de un perfume muy caro, hecho de nardo puro, le ungió los pies a Jesús y luego se los secó con sus cabellos, mientras la casa se llenaba del olor del perfume. La Biblia Textual 3a Edicion Y Miriam, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho valor, ungió los pies de Jesús y los enjugó con sus cabellos,° y la casa se llenó de la fragancia del perfume. Biblia Serafín de Ausejo 1975 María, tomando una libra de perfume auténtico de nardo, de mucho precio, ungió los pies de Jesús y se los enjugó con los cabellos. La casa se llenó del aroma del perfume. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó de la fragancia del ungüento. |
Tampoco vertiste aceite sobre mi cabeza; pero ella ha derramado perfume sobre mis pies.
(María, hermana de Lázaro, el enfermo, era la misma que derramó perfume sobre los pies del Señor y se los secó con sus cabellos.)
Dicho esto, Marta fue a llamar a su hermana María y le dijo al oído: - El Maestro está aquí y pregunta por ti.
María llegó al lugar donde estaba Jesús, se arrojó a sus pies y exclamó: - Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano.
También Nicodemo, el que en aquella ocasión había ido de noche a entrevistarse con Jesús, llegó con unos treinta kilos de una mezcla de mirra y áloe.