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Juan 12:3 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

3 María tomó un frasco de perfume muy caro - casi medio litro de nardo puro - y lo derramó sobre los pies de Jesús; después los secó con sus cabellos. La casa entera se llenó de la fragancia de aquel perfume.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Entonces María tomó un frasco con casi medio litro de un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 María, pues, tomó una libra de un perfume muy caro, hecho de nardo puro, le ungió los pies a Jesús y luego se los secó con sus cabellos, mientras la casa se llenaba del olor del perfume.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y Miriam, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho valor, ungió los pies de Jesús y los enjugó con sus cabellos,° y la casa se llenó de la fragancia del perfume.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 María, tomando una libra de perfume auténtico de nardo, de mucho precio, ungió los pies de Jesús y se los enjugó con los cabellos. La casa se llenó del aroma del perfume.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó de la fragancia del ungüento.

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Juan 12:3
16 Referencias Cruzadas  

Tampoco vertiste aceite sobre mi cabeza; pero ella ha derramado perfume sobre mis pies.


(María, hermana de Lázaro, el enfermo, era la misma que derramó perfume sobre los pies del Señor y se los secó con sus cabellos.)


Dicho esto, Marta fue a llamar a su hermana María y le dijo al oído: - El Maestro está aquí y pregunta por ti.


María llegó al lugar donde estaba Jesús, se arrojó a sus pies y exclamó: - Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano.


También Nicodemo, el que en aquella ocasión había ido de noche a entrevistarse con Jesús, llegó con unos treinta kilos de una mezcla de mirra y áloe.


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