Azarías hijo de Jilquías, que era descendiente en línea directa de Mesulán, Sadoc, Merayot y Ajitob, que fue jefe del templo de Dios;
Lucas 22:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Este fue a los jefes de los sacerdotes y a los capitanes del templo para tratar con ellos cómo les entregaría a Jesús. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 y este fue y habló con los principales sacerdotes, y con los jefes de la guardia, de cómo se lo entregaría. Biblia Nueva Traducción Viviente quien fue a ver a los principales sacerdotes y a los capitanes de la guardia del templo para hablar con ellos sobre la mejor manera de traicionar a Jesús. Biblia Católica (Latinoamericana) y fue a tratar con los jefes de los sacerdotes y con los jefes de la policía del Templo sobre el modo de entregarles a Jesús. La Biblia Textual 3a Edicion y él fue y habló con los principales sacerdotes y magistrados, de cómo se lo entregaría.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Éste fue a tratar con los pontífices y los oficiales de la guardia sobre la manera de entregárselo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y este fue y habló con los príncipes de los sacerdotes, y con los magistrados, de cómo se lo entregaría. |
Azarías hijo de Jilquías, que era descendiente en línea directa de Mesulán, Sadoc, Merayot y Ajitob, que fue jefe del templo de Dios;
Seraías hijo de Jilquías, hijo de Mesulán, hijo de Sadoc, hijo de Merayot, hijo de Ajitob, que era el jefe del templo de Dios,
Uno de los doce, el que se llamaba Judas Iscariote, fue a ver a los jefes de los sacerdotes.
Luego dijo a los jefes de los sacerdotes, a los capitanes del templo y a los ancianos, que habían venido a prenderlo: ―¿Acaso soy un bandido, para que vengáis contra mí con espadas y palos?
Mientras Pedro y Juan hablaban a la gente, se presentaron los sacerdotes, el capitán de la guardia del templo y los saduceos.
Al oírlo, el capitán de la guardia del templo y los jefes de los sacerdotes se quedaron perplejos, preguntándose en qué terminaría todo aquello.
Fue entonces el capitán con sus guardias y trajo a los apóstoles sin recurrir a la fuerza, porque temían ser apedreados por la gente.