Entonces David le dijo al mensajero: ―Dile a Joab de mi parte que no se aflija tanto por lo que ha pasado, pues la espada devora sin discriminar. Dile también que reanude el ataque contra la ciudad, hasta destruirla. Y anímalo.
2 Samuel 2:26 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Abner le gritó a Joab: ―¿Vamos a dejar que siga esta matanza? ¿No te das cuenta de que, a fin de cuentas, la victoria es amarga? ¿Qué esperas para ordenarles a tus soldados que dejen de perseguir a sus hermanos? Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y Abner dio voces a Joab, diciendo: ¿Consumirá la espada perpetuamente? ¿No sabes tú que el final será amargura? ¿Hasta cuándo no dirás al pueblo que se vuelva de perseguir a sus hermanos? Biblia Nueva Traducción Viviente Abner le gritó a Joab: —¿Es inevitable que nos matemos unos a otros? ¿No te das cuenta de que lo único que produce es amargura? ¿Cuándo vas a ordenar que tus hombres dejen de perseguir a sus hermanos israelitas? Biblia Católica (Latinoamericana) Abner gritó a Joab: '¿Seguirá devorando la espada? ¿No sabes que esto acabará en lágrimas? ¿Qué esperas para ordenar a tus hombres que dejen de perseguir a sus hermanos?' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Abner gritó a Joab y dijo: ¿Devorará la espada para siempre? ¿Acaso no sabes que al final habrá amargura? ¿Hasta cuándo te tardarás en decir al pueblo que deje de perseguir a sus hermanos?° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Llamó entonces Abner a Joab y le dijo: '¿Es que la espada va a estar devorando siempre? ¿No sabes que al final todo será amargura? ¿A qué esperas para mandar a la tropa que cese de perseguir a sus hermanos?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Abner dio voces a Joab, diciendo: ¿Consumirá la espada perpetuamente? ¿No sabes tú que al final será amargura? ¿Hasta cuándo no has de decir al pueblo que se vuelvan de seguir a sus hermanos? |
Entonces David le dijo al mensajero: ―Dile a Joab de mi parte que no se aflija tanto por lo que ha pasado, pues la espada devora sin discriminar. Dile también que reanude el ataque contra la ciudad, hasta destruirla. Y anímalo.
Entonces Abner le dijo a Joab: ―Propongo que salgan unos cuantos jóvenes y midan sus armas en nuestra presencia. ―De acuerdo —respondió Joab.
Cada soldado agarró a su rival por la cabeza y le clavó la espada en el costado, de modo que ambos combatientes murieron al mismo tiempo. Por eso a aquel lugar, que queda cerca de Gabaón, se le llama Jelcat Hazurín.
Entonces los soldados benjaminitas se reunieron para apoyar a Abner, y formando un grupo cerrado tomaron posiciones en lo alto de una colina.
Joab respondió: ―Tan cierto como que Dios vive, que, si no hubieras hablado, mis soldados habrían perseguido a sus hermanos hasta el amanecer.
«¿Cuándo pondrás fin a tanta palabrería? Entra en razón, y entonces hablaremos.
«¿Hasta cuándo vais a estar atormentándome y aplastándome con vuestras palabras?
Y vosotros, señores, ¿hasta cuándo cambiaréis mi gloria en vergüenza? ¿Hasta cuándo amaréis ídolos vanos e iréis en pos de lo ilusorio? Selah
Iniciar una pelea es romper una represa; vale más retirarse que comenzarla.
¿Rehusáis y os rebeláis? ¡Seréis devorados por la espada!» El Señor mismo lo ha dicho.
Sobre todas las lomas del desierto vinieron depredadores. La espada del Señor destruirá al país de un extremo al otro, y para nadie habrá paz.
»En vano castigo a mi pueblo, pues rechaza mi corrección. Cual si fuera un león feroz, vuestra espada devoró a vuestros profetas.
¿Hasta cuándo tendré que ver la bandera y escuchar el toque de la trompeta?
»Aquel día pertenece al Señor, al Señor Todopoderoso. Será un día de venganza; se vengará de sus enemigos. La espada devorará hasta saciarse; con sangre apagará su sed. En la tierra del norte, a orillas del río Éufrates, el Señor, el Señor Todopoderoso, realizará una matanza.
«Anunciad esto en Egipto, Proclamadlo en Migdol, Menfis y Tafnes: “¡A vuestros puestos! ¡Manteneos alerta! ¡La espada devora a vuestro alrededor!”
En sus ciudades se blandirán espadas, que destrozarán los barrotes de sus puertas y acabarán con sus planes.
Al día siguiente, Moisés sorprendió a dos israelitas que estaban peleando. Trató de reconciliarlos, diciéndoles: “Vosotros sois hermanos; ¿por qué queréis haceros daño?”