Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.
Juan 4:42 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Y decían a la mujer: Ya no creemos por tu dicho; porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Cristo. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego le dijeron a la mujer: «Ahora creemos, no solo por lo que tú nos dijiste, sino porque lo hemos oído en persona. Ahora sabemos que él es realmente el Salvador del mundo». Biblia Católica (Latinoamericana) y decían a la mujer: 'Ya no creemos por lo que tú has contado. Nosotros mismos lo hemos escuchado y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo. La Biblia Textual 3a Edicion y decían a la mujer: Ya no creemos por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 de suerte que le decían a la mujer: 'Ya no creemos sólo por lo que tú nos has referido; pues nosotros mismos le hemos oído y sabemos que él es, verdaderamente, el Salvador del mundo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y decían a la mujer: Ahora creemos, no sólo por tu dicho, sino porque nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que verdaderamente Éste es el Cristo, el Salvador del mundo. |
Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.
El SEÑOR desnudó el brazo de su santidad ante los ojos de todos los gentiles. Y todos los términos de la tierra verán la salud del Dios nuestro.
Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESUS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
El siguiente día ve Juan a Jesús que venía a él, y dice: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Vino pues Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que estaba en el sepulcro.
porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.
Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho; ¿si quizás es éste el Cristo?
De la simiente de éste, Dios, conforme a la promesa, levantó a Jesus por Salvador a Israel;
Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
A éste Dios ha ensalzado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y remisión de pecados.
Porque ciertamente Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo a sí mismo , no imputándoles sus pecados, y puso en nosotros la palabra de la Reconciliación.
Que por esto aún trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, el cual es Salvador de todos los hombres, y mayormente de los fieles.
Y él es la aplacación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
Y nosotros hemos visto, y testificamos que el Padre ha enviado a su Hijo para ser Salvador del mundo.
Pero sabemos que el Hijo de Dios es venido, y nos ha dado entendimiento; para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesús, el Cristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.