En tu simiente serán benditos todos los gentiles de la tierra, por cuanto escuchaste a mi voz.
Juan 1:17 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Porque la ley por Moisés fue dada, mas la gracia y la verdad por Jesús, el Cristo, fue hecha. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues la ley fue dada por medio de Moisés, pero el amor inagotable de Dios y su fidelidad vinieron por medio de Jesucristo. Biblia Católica (Latinoamericana) Por medio de Moisés hemos recibido la Ley,
pero la verdad y el don amoroso
nos llegó por medio de Jesucristo. La Biblia Textual 3a Edicion pues la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas por medio de Jesús el Mesías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque la ley fue dada por medio de Moisés y por Jesucristo vino la gracia y la verdad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque la ley por Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. |
En tu simiente serán benditos todos los gentiles de la tierra, por cuanto escuchaste a mi voz.
y enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; ella te herirá la cabeza, y tú le herirás el calcañar.
La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron.
Se ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la Casa de Israel; todos los fines de la tierra han visto la salud de nuestro Dios.
Cumplirás la verdad a Jacob, y a Abraham la misericordia, que tú juraste a nuestros padres desde tiempos antiguos.
Y aquella Palabra fue hecha carne, y habitó entre nosotros; (y vimos su gloria,) gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Jesús le dice: YO SOY el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Le dijo entonces Pilato: ¿Luego Rey eres tú? Respondió Jesús: Tú dices que YO SOY Rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la Verdad. Todo aquel que es de la Verdad, oye mi voz.
No penséis que yo os tengo que acusar delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien vosotros esperáis.
¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué me procuráis matar?
Y habiéndoles señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales declaraba y testificaba el Reino de Dios, procurando persuadirles lo que es de Jesús, el Cristo, por la ley de Moisés y por los profetas, desde la mañana hasta la tarde.
Este es aquel que estuvo en la iglesia en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte de Sinaí, y con nuestros padres; y recibió las palabras de vida para darnos;
Para que el pecado no se enseñoree de vosotros; porque no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por nosotros para la gloria de Dios.
Esto pues digo: Que el Pacto previamente ratificado de Dios para con el Cristo, la ley que fue hecha cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.
Y llamó Moisés a todo Israel, y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y derechos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; y aprendedlos, y los guardaréis, para ponerlos por obra.
Y casi todo es purificado según la ley con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.