El término «círculo de oración» ha evolucionado con el tiempo. En épocas anteriores, cuando los creyentes se reunían en círculo para orar, lo denominaban así. Actualmente, también puede hacer referencia a un método para «reclamar» cosas específicas en oración: trazar un círculo alrededor de aquello que se desea o realizar un recorrido caminando en círculos alrededor de ciertas áreas como acto de «reclamación» en el nombre de Jesús.

La popularidad del concepto de círculos de oración se debe en parte al exitoso libro «The Circle Maker» (El Hacedor de Círculos) de Mark Batterson. Según el autor: «Dibujar círculos de oración alrededor de nuestros sueños no es solo una forma de lograr grandes cosas para Dios, sino también una manera en la que Dios opera grandemente en nosotros». Batterson se basa en la figura legendaria de Honi, el hacedor de círculos, para fundamentar su método de oración.
Honi Ha-Ma’agel fue un erudito judío del primer siglo a.C. Según la leyenda, Honi trazó un círculo en el suelo, se colocó dentro y pidió a Dios que hiciera llover. Cuando comenzó a lloviznar, solicitó más lluvia y esta aumentó considerablemente. Luego pidió una lluvia más calmada y así fue. En su libro, Batterson utiliza este relato para motivar a los lectores a trazar círculos alrededor de sus sueños, familia, trabajo, problemas y metas mediante la oración. Este artículo no busca reseñar el libro, ya que existen muchas disponibles en línea; más bien critica el concepto general de los círculos de oración.
¿Tiene respaldo bíblico el concepto de círculos de oración? ¿Este «nuevo modo de orar» encuentra apoyo en la Biblia?
• El método del círculo de oración se fundamenta en una historia judía extrabíblica. Honi no es un profeta mencionado en la Biblia y tampoco aparece allí. MuchosDefensores de los círculos de oración equiparan (o al menos, comparan) la autoridad de Honi con la de Elías. No obstante, existe un marcado contraste entre Honi y Elías. Los profetas bíblicos recibieron instrucciones para aguardar la voz de Dios y luego transmitir sus indicaciones a otros. Honi no aguardó. En cambio, ideó un plan para trazar círculos y exigió que el Señor cumpliera con sus deseos.
• Los círculos de oración no se mencionan en la Biblia. Si estos círculos fueran relevantes y otorgaran autoridad, Jesús habría incluido esa idea en su enseñanza sobre la oración a sus discípulos Lucas 11: 1-4. Al menos, si los círculos de oración fueran efectivos en nuestras súplicas, habrían sido referidos en algún lugar de las Escrituras.
• La oración bíblica emana de un corazón humilde, sumiso a la voluntad de Dios y anhelante por la gloria divina. La Biblia nunca menciona dar vueltas en círculos durante la oración, trazar circunferencias alrededor de objetos o exigir lo que deseamos recibir de Dios. El sistema de los círculos de oración tiene reminiscencias de la filosofía «nómbralo y reclámalo», que ensalza al hombre y su «fe» sobre Dios. Aunque muchos defensores de los círculos de oración nieguen cualquier relación con esa ideología, existen conexiones evidentes. Dios no requiere ser liberado por nosotros ni necesita nuestro permiso antes de bendecirnos.
• La Biblia nos anima a orar con valentía y persistencia, pero jamás debemos intentar manipular a Dios mediante una fórmula o ritual específico. Debemos estar alerta ante cualquier maestro que afirme que ciertas acciones físicas confieren más poder o autoridad a nuestras plegarias. En ningún pasaje bíblico se nos insta a «reclamar» lo que consideramos legítimamente nuestro.
• La Biblia no atribuye poder a la proximidad o visualización. Por ejemplo, una súplica para que alguien encuentre empleo no es más ni menos eficaz si se hace sentado en casa que si se realiza mientras se camina alrededor del edificio donde está ubicada la oficina, creer que las oraciones ofrecerlas en un entorno o situación específica puede ser más eficaz que hacerlo en otro momento o de otra manera, aunque esto pueda parecer supersticioso en lugar de bíblico. Aunque a veces sentimos la necesidad de estar cerca de ciertos lugares o situaciones para orar con mayor claridad, es importante recordar que nuestro Padre celestial es todopoderoso y omnipresente. Dios conoce nuestras necesidades exactas y responderá a nuestras oraciones según su voluntad perfecta y en el tiempo adecuado.
De igual manera, acompañar la oración con un círculo de personas no le otorga mayor autoridad. La mente humana no tiene el poder de crear la realidad ni de moldear el mundo según sus deseos, por más enfocados que estén los pensamientos o clara sea la visualización. Solo Dios tiene el poder creativo, y toda buena dádiva y todo don perfecto provienen de Él: Toda buena dádiva y todo don perfecto provienen de lo alto; descienden del Padre celestial, quien no cambia como las sombras inestables. Santiago 1:17. Visualizar la respuesta a una oración no aumenta su probabilidad de ser respondida.
La Palabra de Dios nos brinda instrucciones precisas sobre cómo debemos orar. No es necesario añadir nada a esas instrucciones para intentar manipular el poder divino o recibir respuestas a nuestras plegarias.