Todos experimentamos momentos de ansiedad. Momentos en donde no sabemos qué hacer ni que esperar del futuro.

Cuando este sentimiento se queda con nosotros por varios días nos enferma y debilita.
Por eso, la Palabra te aconseja: POR NADA ESTÉS AFANADO.
Pero no se queda ahí, nos dice cómo liberar este sentimiento y volver a recuperar la paz. Dos cosas que debemos implementar:
1. Orar al respecto.
Preséntale a Dios lo que te afana, pídele que se manifieste como tu Señor en esa situación, que te dé la ayuda a través de su Espíritu Santo.
2. Dale gracias por todo lo que Él ha hecho.
El resultado de hacer esto es que la paz de Dios reina en nuestros corazones, es decir toma la autoridad, llena todo y echa fuera toda ansiedad.
“Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes».
1 Pedro 5:7
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