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El Dr. Ming Wang se convirtió al cristianismo durante sus estudios en la universidad de medicina.
«Me di cuenta de que hay un creador», dijo el médico.
El Dr. Ming Wang llegó a Estados Unidos como un inmigrante chino pobre con sólo 50 dólares en el bolsillo. Actualmente, es un reconocido como cirujano ocular internacional y ha sido pionero en técnicas de corrección de la visión.
“Vine a Estados Unidos sin conocer a nadie. Apenas podía hablar inglés. Pero estaba feliz porque era libre”, dijo Ming en una entrevista con CBN News.
El docto de descendencia asiática estaba en busca de una oportunidad para tener una vida mas estable y logró realizar un doctorado en física láser en el MIT y un doctorado en Harvard.
“No creía en nada más que en la ciencia”.
El doctor no creía en la existencia de Dios, pero, mientras estaba en la universidad, tuvo una experiencia que cambió para siempre su forma de pensar.
“Vine de China como ateo. No creía en nada más que en la ciencia”, señaló.
“Estaba estudiando la estructura del ojo y me di cuenta de que el ojo humano es muy complicado. Es necesario alinear perfectamente billones y billones de células para capturar e interpretar señales visuales. Si alguna de estas células se saliera de su lugar, la persona nacería ciega” continuó diciendo.
Mientras estudiaba la complicada estructura en la facultad de medicina, el joven ateo comenzó a preguntarse de dónde procedía una creación tan perfecta. “¿Cómo es posible que por casualidad se hayan formado tantas células en tan poco tiempo?”, se preguntó.
Entonces Ming preguntó a uno de sus profesores, quien respondió:
‘Ming, ¿Qué hay al otro lado de la calle?’
Dije: ‘Eso es un coche’.
Él dijo: ‘¿Cuál es la diferencia entre un automóvil y el ojo humano?’
Dije: ‘El ojo humano es mucho más complicado’.
Él dijo: ‘Está bien, ¿te imaginas cómo piezas aleatorias de metal se convierten en un automóvil?’
Dije: ‘De ninguna manera’.
Y él dijo: ‘¿Qué pasa con el ojo humano?’”
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En ese mismo instante, el joven médico comprendió que había un creador detrás de la formación del cuerpo humano.
“Empiezo mi viaje creyendo primero que hay un creador, que hay un Dios, y luego que Dios tiene la forma de Jesucristo y que Cristo murió por nuestros pecados para que pudiéramos tener una oportunidad de vivir en la eternidad”, Ming testificó.
Los chinos aceptaron a Jesús como su Salvador y decidieron vivir una vida bajo su voluntad. Años más tarde, el cirujano fundó el Wang Vision Institute, una organización humanitaria que devuelve la vista a niños huérfanos de todo el mundo.
“Hasta la fecha he realizado 55.000 correcciones de la visión con láser, incluso a más de 4.000 médicos. Nuestra fundación ha podido ayudar a muchos pacientes de todo el mundo, de más de 55 países, y dedicarse a niños ciegos huérfanos”, informó.
Ming Wang también dijo que quiere que su testimonio haga entender a los jóvenes estudiantes que no necesitan negar su fe para trabajar en la ciencia.
“Muchos de ellos están abandonando rápidamente las iglesias. No tienen que elegir entre ciencia o fe. Pueden elegir la ciencia y la fe”, destacó.
Fuente:guiame.com
