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Durante el “Mes del Millón”, un esfuerzo evangelístico sin precedentes organizado por Awakening Europe, 7,278 personas decidieron entregar su vida a Jesús en las calles de 34 ciudades europeas. Este movimiento, realizado del 21 de junio al 6 de julio de 2025, movilizó a cristianos, iglesias y ministerios locales para compartir el Evangelio con el continente.
El proyecto se propuso alcanzar un millón de personas en dos semanas mediante evangelismo callejero, reuniones públicas, oración e intercesión. Participaron urbes claves como París, Roma, Ámsterdam, Kiev, Lisboa y Madrid. Las actividades incluyeron tanto la predicación cara a cara como eventos denominados “Noches de Gloria”, donde los participantes adoraron, escucharon testimonios y recibieron enseñanza.
Desde el inicio, los líderes destacaron la apertura inusual de los europeos al mensaje cristiano. Según Ben Fitzgerald, líder del movimiento, “las personas están mucho más abiertas de lo que imaginamos. Cuando presentamos a Jesús como Salvador vivo, la respuesta es asombrosa”. Esto se evidenció en ciudades como Kiev, que, a pesar de la guerra, reunió a más de 1,000 personas al aire libre para adorar y orar.
En Zagreb, Croacia, hubo testimonios de pastores impactados por resultados considerados “históricos” en una sociedad donde el evangelismo público era visto como imposible. Lo mismo ocurrió en Dublín, donde cristianos de distintas denominaciones se unieron y vieron cientos de conversiones y reconciliaciones.
Al cierre de la campaña, el movimiento documentó:
- 7,278 decisiones a favor de Jesús.
- 73,153 ocasiones donde se compartió el Evangelio personalmente en las calles de 34 ciudades europeas.
- Testimonios diarios de sanidades, reconciliaciones, milagros y apertura de comunidades antes indiferentes al mensaje cristiano.
El “Mes del Millón” también generó una ola de unidad entre iglesias diversas, algunas de contextos históricos como la ortodoxia y el catolicismo. Líderes relataron encuentros inéditos, como sacerdotes sentándose en cultos de adoración y colaborando con ministerios evangélicos. Para muchos organizadores, esto fue un milagro que nunca habían visto en sus países y evidencia de que “Europa no está muerta espiritualmente”.
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Aunque Europa enfrenta desafíos como el secularismo avanzado y la reducción de iglesias activas, los organizadores celebraron la disposición de las nuevas generaciones a escuchar y recibir el Evangelio cuando es presentado con claridad, sinceridad y amor.
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