La vida de un pastor fue salvada milagrosamente por un bombero fuera de servicio después de sufrir un ataque cardíaco potencialmente mortal en un Walmart en Surfside Beach, Carolina del Sur.

La protección de Dios nos rodea de maneras que a menudo no podemos ver ni entender. Puede que no sepamos qué nos espera en la vida, pero podemos confiar en que Dios ya ha preparado un camino para nosotros. Sus ayudantes invisibles siempre están trabajando, guiándonos y protegiéndonos a través de las alegrías y los desafíos de cada día. En esta historia, el plan de Dios se desarrolló en un pasillo de Walmart, donde reunió a un pastor necesitado y a un bombero listo para ayudar.
El 15 de junio, el pastor Chuck McElroy del Socastee Worship Center estaba de compras en Walmart cuando se desplomó debido a un ataque cardíaco severo. Su esposa, aterrorizada, pidió ayuda. Por el momento perfecto de Dios, Chad Hughes, un bombero de vacaciones de Carolina del Norte, estaba en la tienda con su familia. Hughes escuchó los gritos de ayuda y corrió. Encontró a McElroy sin vida en el suelo e inmediatamente comenzó a practicarle RCP.
Hughes dijo más tarde: “Tuve la oportunidad de presenciar una respuesta directa a mi oración. Todos ustedes están siendo testigos de una respuesta directa a sus oraciones. Dios sí responde las oraciones”. Su rápida acción resultó crucial para salvar la vida de McElroy.
Después del incidente, los médicos le dijeron a McElroy que se había unido al “club del 2%”. Solo el 2% de las personas sobreviven al tipo de ataque cardíaco que él tuvo. Aún más sorprendente, McElroy no sufrió daño cerebral, algo que le sucede solo al 1% de los sobrevivientes. McElroy dijo: “Estoy aquí hoy como un milagro viviente, andante y parlante”. Sus palabras nos recuerdan el poder de Dios para obrar maravillas en nuestras vidas.
McElroy y Hughes sintieron una gran necesidad de volver a encontrarse después de este acontecimiento que les cambió la vida. Se conocieron en Facebook y se conocieron en el hospital durante la recuperación de McElroy. Este encuentro dio inicio a una profunda amistad basada en la fe compartida y en una experiencia extraordinaria.
El 1 de septiembre, el Socastee Family Worship Center celebró un servicio especial para honrar a Chad Hughes y su familia. La iglesia se reunió no solo para celebrar la recuperación de McElroy, sino también cómo Dios llevó a Hughes al lugar correcto en el momento correcto.
Durante el servicio, McElroy estuvo de pie en el escenario, como prueba viviente de la gracia de Dios. “Bueno, alabado sea el Señor”, dijo con gratitud. “Dios es tan bueno”. Agradeció a su congregación por su amor y apoyo durante su recuperación.
En un momento emotivo, McElroy le entregó a Hughes un certificado de reconocimiento. Leyó en voz alta: “En reconocimiento a la rápida respuesta y las acciones que salvaron la vida del Sr. Chad Hughes por devolverle el don de la vida a nuestro pastor, el reverendo Chuck McElroy”. Agregó: “Creemos que Hughes fue el instrumento de Dios en la mano de Dios en el tiempo de Dios para desempeñar un papel clave en este gran milagro”.
Hughes y dos de sus hijos dirigieron la adoración de la iglesia. Cantaron “La bondad de Dios” de Bethel Music, una canción sobre la fidelidad de Dios. Mientras Hughes tocaba la guitarra, dijo humildemente: “Todo lo que puedo decir es que Él es un Dios bueno. Yo no soy nada, les prometo que no soy nada. Pero Él lo es todo. Él lo es todo”.
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Dios a menudo usa a personas comunes para hacer cosas extraordinarias. Hughes, siendo humilde, dio toda la alabanza a Dios. Señaló hacia arriba y le dijo a la congregación: “No me miren a mí. No me miren a mí. Sólo miren a Él”.
Este incidente ha fortalecido la fe de ambos hombres y ha conmovido a muchos de los que han escuchado su historia. McElroy dijo: “Te hace sentir humilde; te llena de gratitud el saber que él estaba dispuesto a hacer lo que Dios lo había entrenado a hacer, lo que Dios lo había llamado a hacer como bombero”.
Al pensar en este milagro, animémonos a confiar en el tiempo perfecto y la sabiduría de Dios. Que, como Chad Hughes, estemos listos para responder al llamado de Dios de ayudar a los demás.
Nuestras acciones, aunque parezcan pequeñas, pueden ser utilizadas por Dios para lograr grandes cambios en la vida de las personas. Recordemos valorar cada día como un regalo, sabiendo, como lo hace ahora el pastor McElroy, que cada respiro es un milagro de nuestro Dios amoroso.
En los momentos difíciles y en los momentos felices, miremos siempre a Él, quien inicia y completa nuestra fe.