Ellos lo vencieron mediante la sangre del Cordero y por el testimonio de sus vidas, y no amaron sus vidas al punto que estuvieron dispuestos a morir si era necesario.
“Sin embargo, ustedes son mis testigos, declara el Señor, y mi siervo elegido, para que piensen en ello, y me crean y comprendan que yo soy Dios. Ningún dios me precedió, y ninguno vendrá después de mí.
Por la fe en Dios Abel ofreció a Dios mejor sacrificio que Caín, y por eso Dios lo señaló como alguien que vivía rectamente. Dios lo demostró al aceptar su ofrenda. Aunque Abel ha estado muerto por mucho tiempo, todavía Dios nos habla por medio de lo que él hizo.
Sin lugar a dudas, no me avergüenzo de la buena noticia, porque es poder de Dios para salvar a todos los que creen en él, primero a los judíos, y luego a todos los demás también.
Testificarás en su nombre a todos acerca de lo que has visto y oído. ¿Qué esperas entonces?
No permitas que nadie te menosprecie por ser joven. Sé un ejemplo para aquellos que creen en Dios, en tu manera de hablar, en tu estilo de vida, en amor, en fe y en pureza.
Le contaré a mi pueblo todas las maravillosas cosas que has hecho; en medio de la congregación te alabaré.
Así que vayan y hagan discípulos entre la gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Los que creen en el Hijo de Dios han aceptado y se han aferrado a esta evidencia. Los que no creen en Dios, llaman a Dios mentirosos, porque no creen la evidencia que Dios da sobre su Hijo.
Ustedes también darán testimonio de mí porque ustedes estuvieron conmigo desde el principio”.
solo tengan en su mente a Cristo como Señor. Estén siempre listos para dar explicaciones a todo el que pregunte la razón de su esperanza. Y háganlo con mansedumbre y respeto.
Contaré cada día sobre tu bondad y tu salvación, aun cuando es incomprensible para mi.Vendré y explicaré lo que el Señor ha hecho. Le recordaré a las personas que solo tú actúas con justicia.
“Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, por toda Judea y Samaria, y hasta en los lugares más lejanos de la tierra”.
De la misma manera, ustedes deben dejar que su luz brille delante de todos a fin de que ellos puedan ver las cosas buenas que ustedes hacen y alaben a su Padre celestial.
Así mismo no se avergüencen de contar a otros sobre nuestro Señor, ni se avergüencen de mí. En lugar de ello, estén listos para participar del sufrimiento por causa de la buena noticia a medida que Dios los fortalece.
“Si alguno declara públicamente su compromiso conmigo, yo también declararé mi compromiso con él ante mi Padre que está en el cielo.
Vengan y escuchen, todos los que honran a Dios, y yo les contaré todas las cosas que ha hecho por mi.
Pero Pablo y Bernabé permanecieron allí por mucho tiempo, hablando audazmente en el Señor, quien confirmaba su mensaje de gracia mediante señales milagrosas que ellos podían realizar.
y no usen ninguna parte de su cuerpo como herramientas de pecado para el mal. Por el contrario, conságrense a Dios como quienes han sido traídos de vuelta a la vida, y usen todas las partes de su cuerpo como herramientas para hacer el bien para Dios.
Así que, mis queridos hermanos y hermanas: sean fuertes, permanezcan firmes, haciendo todo lo que puedan por la obra del Señor, pues saben que ninguna cosa que hagan por él es en vano.
Quiero animar a los ancianos que están entre ustedes. Pues yo también soy un anciano, un testigo de los sufrimientos de Cristo, y participaré de la gloria que está por venir.
Oren por mí para decir las palabras adecuadas, y para poder explicar con toda confianza las verdades ocultas de la buena noticia.
De la misma manera, las palabras que digo no vuelven a mí sin cumplirse, sino que logran lo que yo quiero: alcanzan con éxito mi propósito.
Pero como no pudieron encontrarlos, arrastraron a Jasón y a otros creyentes ante los líderes de la ciudad, gritando: “A estas personas se les conoce por estar causando problemas y desorden. Ahora vinieron aquí,
Hay otra cosa, y es que siempre le damos gracias a Dios porque cuando ustedes escucharon y aceptaron su palabra, no la recibieron como si fueran palabras humanas, sino como lo que realmente es: como la palabra de Dios. Y esto es lo que obra en los que creen en él.
“Ustedes examinan las Escrituras porque piensan que a través de ellas obtendrán la vida eterna. ¡Pero la evidencia que ellas dan está a mi favor!
¡Que todas las generaciones cuenten tus obras y compartan las historias de tus asombrosos milagros!
Él nos dio la responsabilidad de contar públicamente esto a la gente, de testificar que él es el Escogido de Dios como Juez de los vivos y los muertos.
Yo soy Juan, hermano de ustedes, partícipe en el sufrimiento y en el reino, y en la paciente espera que experimentamos en Jesús. Fui detenido en la isla de Patmos por compartir la palabra de Dios y la verdad tal como fue revelada por Jesús.
Esa también es una razón por la cual sufro todas estas cosas, pero no me avergüenzo, porque sé en quién he confiado. Estoy seguro de que él puede cuidar de lo que le he confiado hasta el Día de su regreso.
No tengo nada por lo cual jactarme en predicar la buena noticia, porque es algo que hago como deber. ¡De hecho, para mí es terrible si no comparto la buena noticia!
“Dios ha levantado a este Jesús de entre los muertos, y todos nosotros somos testigos de eso.
Pero en cierta manera tales cosas no me sirvieron para nada, y las considero como pérdida por Cristo.En verdad considero todo como pérdida al compararlas con el gran beneficio que he ganado al conocer a Cristo Jesús, mi Señor. He menospreciado todas estas cosas por él, y las considero como basura, a fin de poder ganar a Cristo.
‘Pero levántate y ponte de pie. La razón por la que he aparecido ante ti es para designarte como mi siervo, para que seas mi testigo, contando a otros lo que has visto y todo lo que voy a revelarte.
sino que si es como un cristiano, entonces no tendrán de qué avergonzarse. Más bien, oren para que sean llamados cristianos.
Esta gracia me fue dada a mí, al menos importante de todos los cristianos, con el fin de compartir con los extranjeros el increíble valor de Cristo,
¡Qué espectáculo tan maravilloso en las montañas es el que corre a traer buenas noticias, anunciando la paz y la buena nueva, anunciando la salvación, diciendo a Sión: “Tu Dios reina!”
Esta Vida nos fue revelada. La vimos y damos testimonio de ella. Estamos hablándoles de Aquél que es la Vida Eterna, que estaba con el Padre, y que nos fue revelado.
Ustedes serán arrastrados ante gobernantes y reyes por mi causa, para dar testimonio a ellos y a los gentiles.
Contarán a los pueblos sobre tus maravillosos milagros, y el glorioso esplendor de tu reino.
Pero Pedro y los apóstoles respondieron: “Necesitamos obedecer a Dios antes que a los hombres.
Simón Pedro respondió, “Señor, ¿a quién seguiremos? Tú eres el único que tiene palabras de vida eterna.Nosotros creemos en ti y estamos convencidos de que eres el Santo de Dios”.
El propósito de esto no es dictarles la manera en que deben relacionarse con Dios, sino porque queremos ayudarlos a tener una experiencia de gozo, porque es a través de la fe en Dios que permanecemos firmes.
Pero Jesús dijo: “Más benditos aún son los que oyen la palabra de Dios y siguen sus enseñanzas”.
Por eso, siendo que estamos rodeados de tal multitud de personas que demostraron su fe en Dios, despojémonos de todo lo que nos detiene, del pecado seductor que nos hace tropezar, y sigamos corriendo la carrea que tenemos por delante.
Porque ustedes han difundido el mensaje del Señor, no solo en Macedonia y Grecia, sino que en todas partes la gente ha oído de su fe en Dios, de modo que no necesitamos hablarle a nadie de ello.
“Regresa a casa, y cuéntale a la gente todo lo que Dios ha hecho por ti”, le dijo Jesús. Así que él se fue, contándole a toda la ciudad todo lo que Jesús había hecho por él.
En cambio, ustedes son una familia elegida de manera especial, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo que pertenece a Dios. Por eso, pueden revelar las cosas maravillosas que él ha hecho, al sacarlos de la oscuridad a su luz admirable.
Porque somos testigos de lo que hemos visto y testificamos que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo.
Porque eso es lo que el Señor nos ha mandado a hacer: ‘Yo los he convertido en luz para los extranjeros, y a través de ustedes la salvación llegará hasta los fines de la tierra’”.
Proclamen sus actos de amor a las naciones, las maravillosas cosas que hace entre los pueblos.
Simplemente asegúrense de que su forma de vivir corresponde a la buena noticia de Cristo de tal modo que, ya sea que los vea o no, pueda saber cómo están: que permanecen firmes y en plena armonía unos con otros, unidos en espíritu mientras trabajan juntos por la fe de la buena noticia.
De modo que somos embajadores de Cristo, como si él rogara por nosotros: “Por favor, vuelvan a él y sean sus amigos”
Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él porque la mujer dijo “Él me dijo todo lo que yo he hecho”.
Él vino como testigo para hablar acerca de la luz, a fin de que todos pudieran creer por medio de él.
Ustedes demuestran que son una carta de Cristo, entregada por nosotros; no escrita con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no escrita sobre piedras, sino en corazones humanos.
Los que hemos visto y oído eso mismo les contamos, para que también puedan participar de esta amistad junto a nosotros. Esta amistad con el Padre y su Hijo Jesucristo.
Pero cuando el Padre envíe al Consolador, el Espíritu Santo, en mi lugar, él les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les dije.
De hecho, el testimonio de Cristo ha demostrado ser válido mediante la experiencia de ustedes,
Nosotros somos testigos de lo que sucedió, y del mismo modo lo es el Espíritu Santo, a quien Dios ha dado a aquellos que le obedecen”.
No he mantenido la verdad de tu bondad escondida en mi interior, he hablado de tu integridad y de tu salvación. No le he ocultado tu fidelidad ni tu amor inefable a la congregación.
Hermanos y hermanas, cuando vine a ustedes no traté de impresionarlos con palabras excepcionales, o con gran sabiduría, cuando les dije lo que Dios quería decirles.Pero Dios nos ha revelado esto por medio del Espíritu, porque el Espíritu ahonda en las profundidades de Dios.¿Quién conoce los pensamientos de alguien si no es la misma persona que los tiene? Del mismo modo, nadie conoce los pensamientos de Dios excepto el Espíritu de Dios.Porque hemos recibido el Espíritu de Dios, no espíritu de este mundo, a fin de que pudiéramos entender lo que Dios nos dio tan generosamente.De eso hablamos, no usando palabras enseñadas por la sabiduría humana, sino lo que el Espíritu enseña. Nosotros explicamos lo que es espiritual usando términos espirituales.Por supuesto, las personas que no son espirituales no aceptan lo que viene del Espíritu de Dios. Para ellos solo es necedad, y no pueden entenderlo, porque lo que es espiritual necesita examinarse de manera apropiada.Las personas que son espirituales lo investigan todo, pero ellos mismos no son objeto de investigación.Pues “¿Quién entiende la mente del Señor, y quién consideraría instruirlo?” ¡Pero nosotros sí tenemos la mente de Cristo!Decidí que mientras estaba con ustedes no deseaba concentrarme en nada más, excepto en Jesucristo, y en su crucifixión.
“Te digo la verdad: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes se niegan a aceptar nuestro testimonio.
En ese momento dirás: “¡Alabad al Señor, gritad su nombre! Cuenten a las naciones lo que ha hecho, que conozcan su carácter maravilloso.
No he de morir. De hecho, he de vivir, para contarle a todos las grandes cosas que has hecho.
Nos enorgullecemos en el hecho—y nuestra conciencia lo confirma—de que hemos actuado de manera apropiada con las personas, especialmente con ustedes. Hemos seguido los principios de Dios de santidad y sinceridad, no conforme a la sabiduría mundanal, sino por la gracia de Dios.
Si ustedes se avergüenzan de mí y de mi mensaje, el Hijo del hombre se avergonzará de ustedes cuando venga en su gloria, y en la gloria del Padre, junto a los santos ángeles.
Juan dio su testimonio acerca de él, exclamando al pueblo: “Este es del cual yo les hablaba cuando les dije: ‘El que viene después de mi es más importante que yo, porque antes de que yo viviera, ya él existía’”.
Por el contrario, tenemos la aprobación de Dios para lo que decimos, pues él nos ha encomendado compartir la buena noticia. No nos disponemos a agradar a la gente, sino a Dios. Porque Él es el único que juzga nuestras intenciones.
para que sean sinceros, inocentes de cualquier mal. Sean hijos irreprensibles de Dios en medio de un pueblo deshonesto y corrupto. Brillen entre ellos como luz del mundo,
Ofrezcamos, pues, por medio de Jesús, un sacrificio continuo de alabanza a Dios, es decir, hablando bien de Dios, y declarando su carácter.
En un tiempo ustedes estaban en tinieblas, pero ahora ustedes son luz en el Señor. Deben vivir como hijos de luz
Asegúrense de tener una conciencia limpia, para que si alguno los acusa, sean avergonzados por hablar mal sobre la buena manera de vivir de ustedes, en Cristo.
Que todos a los que salvó salgan a gritarle al mundo; aquellos a quienes rescató del poder del enemigo.
Así que yo, —este prisionero en el Señor—los animo a que vivan conforme a los principios a los cuales fueron llamados.
“Les aseguro que aquellos que declaran que me pertenecen, el Hijo del hombre también dirá que le pertenecen, delante de los ángeles de Dios.
Pero considero que mi vida no tiene ya valor para mí mismo. Solo quiero terminar mi misión y el ministerio que el Señor Jesús me dio de ser testigo de la buena noticia de la gracia de Dios.
Ninguno de nosotros vive para sí mismo, o muere para sí mismo.Si vivimos, vivimos para el Señor, o si morimos, morimos para el Señor. De modo que ya sea que vivamos o muramos, pertenecemos al Señor.
Por tu amor incondicional, Señor, no me dejes morir, para poder seguir andando según las enseñanzas que me has dado.
La buena noticia del reino será proclamada en todo el mundo de tal modo que todos la escucharán, y entonces vendrá el fin.
Que prediques la palabra de Dios, sea conveniente o no, y dile a las personas lo que están haciendo mal; dales consejo y ánimo. Y enséñales esto con mucha paciencia.
Por eso estoy plenamente convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los demonios, ni el presente, ni el futuro, ni las potencias,ni lo alto, ni lo profundo, y, de hecho, ninguna cosa en toda la creación puede separarnos del amor de Dios en Jesucristo, nuestro Señor.
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