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Juan 3:11 - Versión Biblia Libre

11 “Te digo la verdad: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes se niegan a aceptar nuestro testimonio.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Te aseguro que les contamos lo que sabemos y hemos visto, y ustedes todavía se niegan a creer nuestro testimonio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 En verdad te digo que nosotros hablamos de lo que sabemos, y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos, y no recibís nuestro testimonio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 De verdad, te aseguro: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto; pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio.

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Juan 3:11
31 Referencias Cruzadas  

Cuando vine, ¿por qué no había nadie? Cuando llamé, ¿por qué no respondió nadie? ¿Es porque no tengo la fuerza para salvarte, o el poder para rescatarte? ¿No ves que si lo ordeno, el mar se secará? Puedo convertir los ríos en un desierto. Sus peces apestan porque han muerto de sed al no haber agua.


¿Ha creído alguien en nuestras noticias? ¿A quién ha mostrado el Señor su poder?


Mira cómo lo hice testigo de los pueblos, líder y comandante para ellos.


Extendí mis manos todo el día, suplicando a un pueblo obstinado que sigue malos caminos, haciendo lo que quiere.


El Padre lo ha confiado todo en mis manos, y ninguno entiende verdaderamente al Hijo, excepto el Padre, y nadie entiende verdaderamente al Padre, excepto el Hijo, y aquellos a quienes el Hijo elige para mostrarles al Padre.


¡Oh Jerusalén, Jerusalén, tu matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! Tantas veces he querido reunir a tus hijos así como una gallina reúne a sus polluelos bajo sus alas, pero no me dejaste.


“Mi padre me ha entregado todo. Nadie entiende al Hijo, excepto el Padre, y nadie entiende al Padre, excepto el Hijo y aquellos a quienes el Hijo elige para relevarles al Padre”.


Él vino a su pueblo, pero ellos no lo aceptaron.


Aunque ninguno ha visto a Dios, Jesucristo, el Único e Incomparable, quien está cerca del Padre, nos ha mostrado cómo es Dios.


Porque no estoy hablando por mí mismo sino por mi Padre que me envió. Él fue quien me instruyó en cuanto a lo que debo decir y cómo lo debo decir.


Los que no me aman, no hacen lo que yo digo. Estas palabras no vienen de mí, vienen del Padre que me envió.


Si ustedes no creen lo que yo digo cuando les hablo de cosas terrenales, ¿cómo podrán creer si les hablara de cosas celestiales?


Nadie ha subido al cielo, sino que el Hijo del hombre descendió del cielo.


“Te digo la verdad” respondió Jesús, “A menos que vuelvas a nacer, no puedes experimentar el reino de Dios”.


“Te digo la verdad, no puedes entrar al reino de Dios a menos que hayas nacido de agua y del Espíritu”, le dijo Jesús.


Pues yo he venido a representar a mi Padre, y ustedes no me aceptarán; ¡pero si alguno viene representándose a sí mismo, entonces ustedes lo aceptan!


Jesús respondió: “Mi enseñanza no viene de mí, sino de Aquél que me envió.


“Incluso si yo soy mi propio testigo, mi testimonio es verdadero”, les dijo Jesús, “porque sé de dónde vengo y hacia dónde voy. Pero ustedes no saben de dónde vengo ni hacia dónde voy.


“Hay muchas cosas que yo podría decir de ustedes, y muchas cosas que podría condenar. Pero el que me envió dice la verdad, y lo que yo les digo aquí en este mundo es lo que escuché de Él”.


Yo les estoy diciendo lo que el Padre me ha revelado, mientras que ustedes hacen lo que su padre les ha enseñado”.


Tuve una visión del Señor diciéndome: ‘¡Apresúrate! Debes irte pronto de Jerusalén, porque no aceptarán lo que estás enseñando acerca de mí’.


El dios de este mundo ha cegado las mentes de los que no creen en Dios. Ellos no pueden ver la luz de la buena noticia de la gloria de Cristo, quien es la imagen de Dios.


y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el gobernante de los reyes de la tierra. A Jesús, quien nos ama y nos libertó de nuestros pecados por medio de su sangre,


“Escribe esto al ángel de la iglesia de Laodicea: Esto es lo que dice el Amén, el testigo fiel, el máximo gobernante de la creación de Dios:


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