Como creyentes, debemos entender que coexisten dos reinos en el mundo en que vivimos: el natural y el espiritual. Como seguidores de Cristo, debemos aprender a vivir en este reino espiritual de manera que impacte positivamente el reino natural. Aunque pueda resultar confuso, al escudriñar la palabra de Dios, los creyentes pueden comprender mensajes espirituales que van más allá de la razón lógica, ya que el Espíritu Santo nos otorga discernimiento para entender el mensaje de Cristo para la humanidad. El poder de Cristo se concede a cada creyente fiel para vencer a Satanás y a los espíritus malignos que merodean la tierra. El poder que Cristo le dio a la iglesia nos capacita para gobernar sobre la tierra junto con su presencia, otorgándonos la autoridad para exaltar el nombre del Señor.
y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.
¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo,
conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.
Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.
Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.
Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos;
y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.
porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,
derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.