El Señor es mi roca, mi baluarte y mi libertador; mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el cuerno de mi salvación, mi altura inexpugnable.
Los leoncillos pasan necesidad y tienen hambre, mas los que buscan al Señor no carecerán de bien alguno.
Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservarás; con cánticos de liberación me rodearás. (Selah) ¶Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar; te aconsejaré con mis ojos puestos en ti.
El Señor irá delante de ti; Él estará contigo, no te dejará ni te desamparará; no temas ni te acobardes.
Mas ahora, así dice el Señor tu Creador, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú.Vosotros sois mis testigos —declara el Señor— y mi siervo a quien he escogido, para que me conozcáis y creáis en mí, y entendáis que yo soy. Antes de mí no fue formado otro dios, ni después de mí lo habrá.Yo, yo soy el Señor, y fuera de mí no hay salvador.Yo soy el que lo he anunciado, he salvado y lo he proclamado, y no hay entre vosotros dios extraño; vosotros, pues, sois mis testigos —declara el Señor— y yo soy Dios.Aun desde la eternidad, yo soy, y no hay quien libre de mi mano; yo actúo, ¿y quién lo revocará?¶Así dice el Señor vuestro Redentor, el Santo de Israel: Por vuestra causa envié a Babilonia e hice descender como fugitivos a todos ellos, es decir, a los caldeos, en las naves de las cuales se gloriaban. Yo soy el Señor, vuestro Santo, el Creador de Israel, vuestro Rey.Así dice el Señor, que abre camino en el mar y sendero en las aguas impetuosas;el que hace salir carro y caballo, ejército y fuerza (a una se echarán y no se levantarán, como pabilo han sido apagados y extinguidos):No recordéis las cosas anteriores ni consideréis las cosas del pasado.He aquí, hago algo nuevo, ahora acontece; ¿no lo percibís? Aun en los desiertos haré camino y ríos en el yermo.Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará. Me glorificarán las bestias del campo, los chacales y los avestruces, porque he puesto aguas en los desiertos y ríos en el yermo, para dar de beber a mi pueblo escogido.El pueblo que yo he formado para mí proclamará mi alabanza.¶Pero no me has invocado, Jacob, sino que te has cansado de mí, Israel.No me has traído las ovejas de tus holocaustos, ni me has honrado con tus sacrificios. No te he abrumado exigiendo ofrendas, ni te he cansado exigiendo incienso. No me has comprado con dinero caña aromática, ni con la grosura de tus sacrificios me has saciado; por el contrario me has abrumado con tus pecados, y me has cansado con tus iniquidades.¶Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí mismo, y no recordaré tus pecados.Hazme recordar, discutamos juntos nuestro caso; habla tú para justificarte.Tu primer padre pecó, y tus voceros prevaricaron contra mí. Por tanto, profanaré a los príncipes del santuario, y entregaré a Jacob al anatema y a Israel al oprobio.Porque yo soy el Señor tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador; he dado a Egipto por tu rescate, a Cus y a Seba en lugar tuyo.
Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.
He aquí, Dios es mi salvador, confiaré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es el Señor Dios, Él ha sido mi salvación.
Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Estad quietos, y sabed que yo soy Dios; exaltado seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra. El Señor de los ejércitos está con nosotros; nuestro baluarte es el Dios de Jacob. (Selah)Por tanto, no temeremos aunque la tierra sufra cambios, y aunque los montes se deslicen al fondo de los mares; aunque bramen y se agiten sus aguas, aunque tiemblen los montes con creciente enojo. (Selah)
¶Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará; Él nunca permitirá que el justo sea sacudido.
Bueno es el Señor, una fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en Él se refugian.
Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Mas la salvación de los justos viene del Señor; Él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.
Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en diversas pruebas,pues la ira del hombre no obra la justicia de Dios.Por lo cual, desechando toda inmundicia y todo resto de malicia, recibid con humildad la palabra implantada, que es poderosa para salvar vuestras almas.Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos.Porque si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural en un espejo;pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente se olvida de qué clase de persona es.Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, este será bienaventurado en lo que hace.Si alguno se cree religioso, pero no refrena su lengua, sino que engaña a su propio corazón, la religión del tal es vana.La religión pura y sin mácula delante de nuestro Dios y Padre es esta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y guardarse sin mancha del mundo.sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia,y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada.
Sed firmes y valientes, no temáis ni os aterroricéis ante ellos, porque el Señor tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará.
Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.
No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia.
Respondiendo Jesús, les dijo: En verdad os digo que si tenéis fe y no dudáis, no solo haréis lo de la higuera, sino que aun si decís a este monte: «Quítate y échate al mar», así sucederá.
¶El Señor es tu guardador; el Señor es tu sombra a tu mano derecha.El sol no te herirá de día, ni la luna de noche.¶El Señor te protegerá de todo mal; El guardará tu alma.El Señor guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor?
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor?Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el Señor me recogerá.¶Señor, enséñame tu camino, y guíame por senda llana por causa de mis enemigos. No me entregues a la voluntad de mis adversarios; porque testigos falsos se han levantado contra mí, y los que respiran violencia.Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del Señor en la tierra de los vivientes.Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor.Cuando los malhechores vinieron sobre mí para devorar mis carnes, ellos, mis adversarios y mis enemigos, tropezaron y cayeron.Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque en mi contra se levante guerra, a pesar de ello, estaré confiado.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,el cual nos consuela en toda tribulación nuestra, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción con el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios.
El Señor es mi fuerza y mi escudo; en Él confía mi corazón, y soy socorrido; por tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico.
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante,prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
¶En cuanto a mí, a Dios invocaré, y el Señor me salvará.Tarde, mañana y mediodía me lamentaré y gemiré, y Él oirá mi voz.En paz redimirá mi alma de la guerra que hay contra mí, pues son muchos los que están contra mí.
Aun los mancebos se fatigan y se cansan, y los jóvenes tropiezan y vacilan,pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes,ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.
¶Postrada está mi alma en el polvo; vivifícame conforme a tu palabra.De mis caminos te conté, y tú me has respondido; enséñame tus estatutos.
Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en ti confía.Confiad en el Señor para siempre, porque en Dios el Señor, tenemos una Roca eterna.
Aunque la higuera no eche brotes, ni haya fruto en las viñas; aunque falte el producto del olivo, y los campos no produzcan alimento; aunque falten las ovejas del aprisco, y no haya vacas en los establos,con todo yo me alegraré en el Señor, me regocijaré en el Dios de mi salvación.
Levantaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro?Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra.
Venid a mí, todos los que estáis cansadosy cargados, y yo os haré descansar.Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas.a decirle: ¿Eres tú el que ha de venir, o esperaremos a otro?Porque mi yugo es fácily mi carga ligera.
pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
Sea vuestro carácter sin avaricia, contentos con lo que tenéis, porque Él mismo ha dicho: Nunca te dejare ni te desamparare,de manera que decimos confiadamente: El Señor es el que me ayuda; no temeré. ¿Qué podrá hacerme el hombre?
Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Estad siempre gozosos;orad sin cesar;dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.
Porque su ira es solo por un momento, pero su favor es por toda una vida; el llanto puede durar toda la noche, pero a la mañana vendrá el grito de alegría.
Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento.Reconócele en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas.
Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día.Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación,al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre.
Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros,
El día en que temo, yo en ti confío. En Dios, cuya palabra alabo, en Dios he confiado, no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?
Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidaráde sí mismo. Bástele a cadadía sus propios problemas.
El Señor está cerca de todos los que le invocan, de todos los que le invocan en verdad.
Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es el que prometió;
Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza;y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará.
¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez. ¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios!
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