sálvate a ti mismo, bajando de la cruz.
sálvate a ti mismo, y desciende de la cruz.
¡Muy bien, sálvate a ti mismo y bájate de la cruz!».
sálvate a ti mismo y baja de la cruz.
sálvate a ti mismo bajando de la cruz'.
¡Si tienes tanto poder, sálvate a ti mismo! ¡Baja de la cruz!»
Se encomendó a YHVH, líbrelo Él, Que Él lo rescate, puesto que en Él se complacía.
Y los que pasaban lo insultaban, meneando la cabeza° y diciendo: ¡Eh! tú,° que derribas° el santuario, y en tres días lo edificas,°
Así también los principales sacerdotes, escarneciéndolo, se decían unos a otros con los escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar.