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Referencias Cruzadas
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Sofonías 2:10

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Esto es lo que recibirán como pago por su orgullo, porque se burlaron y amenazaron al pueblo del Señor Todopoderoso.

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18 Referencias Cruzadas  

No permitió que nadie los tratara mal; advirtió a los reyes que los dejaran en paz:

Moisés y Aarón fueron a ver al Faraón y le dijeron: “Esto es lo que dice el Señor, el Dios de los hebreos: ‘¿Hasta cuándo te negarás a humillarte ante mí? Deja ir a mi pueblo, para que me adore.

Pero en tu orgullo sigues tiranizando a mi pueblo, y te niegas a dejar que se vaya.

Sabemos todo sobre el orgullo de los moabitas, lo terriblemente vanidosos y engreídos que son, completamente arrogantes. Pero su jactancia es falsa.

Esto es lo que dice el Señor: Cuando vengan esas naciones malvadas cercanas que atacan el país que le di a mi pueblo Israel, voy a desarraigarlos de su tierra. También voy a desarraigar al pueblo de Judá de entre ellos.

¿Cómo es posible que ustedes, los moabitas, digan: “Somos héroes, hombres fuertes listos para pelear en la batalla”?

Ya sabemos lo pomposos que son los moabitas, lo extremadamente orgullosos y engreídos que son, pensando arrogantemente en sí mismos.

Su impureza contamina sus faldas. No pensó en lo que pasaría. Su caída fue un increíble, y nadie estuvo allí para consolarla. “¡Por favor, Señor, mira cuánto estoy sufriendo, porque el enemigo ha ganado!”, dice ella.

“Porque esto es lo que dice el Señor Dios: Como ustedes aplaudieron y zapatearon en una celebración de odio por lo que le pasó a Israel,

Así que ahora yo, Nabucodonosor, alabo, honro y glorifico al Rey del Cielo, porque todo lo que hace es correcto y sus caminos son verdaderos. Él es capaz de humillar a los que son orgullosos.

Ese día te quedaste de pie a un lado, mientras un pueblo extraño robó su riqueza, los extranjeros entraron por sus puertas y se repartieron Jerusalén echando suertes, y tú actuaste como uno de ellos.

El orgullo de tu corazón te ha engañado, a ti que habitas seguro en una fortaleza de piedra sobre las altas montañas, y dices: “¿Quién podrá alguna vez derribarnos?”

He oído las burlas de los moabitas y los escarnios desdeñosos de los amonitas que han insultado a mi pueblo y que han enviado amenazas contra su territorio.

Jóvenes, hagan lo que los ancianos les dicen. Sin duda deberían todos servirse unos a otros con humildad, porque “Dios aborrece a los orgullosos, pero obra en favor de los humildes”.




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