El Señor los atemorizará, y hará morir de hambre a todos los dioses terrenales. Todas las naciones adorarán al Señor, dondequiera que se encuentren, en todo el mundo.
Los descendientes de estos ancestros se esparcieron por las áreas costeras, cada grupo con su propio idioma, con sus failias que se convirtieron en diferentes naciones.
¡Canten una nueva canción al Señor! Canten alabanzas desde cualquier lugar de la tierra, ustedes que navegan por el mar y todo lo que hay en él, ustedes las islas y todos los que viven en ellas.
No se dará por vencido ni se desanimará hasta que haya conseguido que la justicia se mantenga en todo el mundo. Incluso las tierras de ultramar esperarán sus enseñanzas.
Escúchenme, habitantes de las islas! ¡Presta atención, tú que vives lejos! El Señor me llamó antes de que naciera; me dio mi nombre cuando aún estaba en el vientre de mi madre.
Esto es lo que deben decir a las naciones: “Estos dioses, que no hicieron ni los cielos ni la tierra, serán borrados de esta tierra y de debajo de estos cielos”.
El Señor Todopoderoso, el Dios de Israel, dice Vigilen, porque castigaré a Amón, el dios de Tebas, y al faraón. Castigaré al pueblo de Egipto con sus dioses y sus reyes, y a todos los que confían en el Faraón.
El Señor alza la voz y da órdenes, al frente de su ejército. Sus tropas son innumerables, y los que siguen sus órdenes son poderosos. El día del Señor es terrible. ¿Quién puede resistirlo?
Golpearé a Judá y a todos los que viven en Jerusalén. Además destruiré todo lo que queda de su culto a Baal, junto con sus sacerdotes paganos para que hasta sus nombres sean olvidados.
Ese día, declara el Señor Todopoderoso, elminaré la idolatría de la tierra, y no habrá nunca más memoria de los ídolos. Yo quitaré a los falsos profetas y al espíritu de impureza de la tierra.
Ese día, muchas naciones creerán en el Señor, y serán mi pueblo. Yo viviré en medio de ustedes, y ustedes sabrán que el Señor Todopoderoso me ha enviado a ustedes.
Esto es lo que dice el Señor Todopoderoso: En ese tiempo diez hombres de diferentes naciones e idiomas sujetarán el dobladillo de la capa de un hombre judío y rogarán: “Por favor, llévanos contigo, porque hemos escuchado que Dios está contigo”.
Me siento honrado por las naciones desde el extremo más oriental, hasta el extremo más oriental. En todas partes la gente me trae ofrendas de incienso y sacrificios puros. Soy honrado entre las naciones, dice el Señor Todopoderoso.
Malditos son los que engañan y juran traer un carnero como sacrificio, y luego traen un animal imperfecto ante el Señor. ¡Porque yo soy un Rey grande, dice el Señor Todopoderoso, y soy respetado entre las naciones!
Entonces el segundo ángel hizo sonar su trompeta, y desde el cielo se oyeron voces gritando, y decían “El reino del mundo se han convertido en el reino de nuestro Señor, y de Cristo, y él reinará por siempre y para siempre”.