No somos tan arrogantes como para compararnos con los que se tienen en un concepto muy alto. ¡Los que se miden a sí mismos, y se comparan consigo mismos, son totalmente necios!
Estoy hablando como necio, pero ustedes me obligaron a hacerlo. Ustedes deberían haber estado hablando bien de mí, pues de ninguna manera soy inferior a estos “súper apóstoles”, aunque no soy nada.