“Además de todo eso”, continuó Amán, “fui la única persona a la que la reina Ester invitó a venir a una cena que había preparado para el rey. También he sido invitado por ella a comer junto al rey mañana”.
Tal como Dios dijo: “En el momento apropiado te escuché, y en el día de salvación te salvé”. Créanme, ¡ahora es el momento apropiado! ¡Ahora es el día de salvación!
El Señor te entregará a ti y a Israel a los filisteos. Mañana tú y tus hijos morirán y estarán conmigo. El Señor también entregará el ejército israelita de Israel a los filisteos”.