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Referencias Cruzadas
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Oseas 7:2

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Pero no se dan cuenta de que yo me acuerdo de toda su maldad. Sus pecados los rodean y siempre están delante de mi.

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33 Referencias Cruzadas  

“Porque él vigila lo que hacen y ve por donde van.

Ellos piensan: “Dios no se dará cuenta, pues mira hacia otra parte. Él no verá nada”.

Por favor, no recuerdes los pecados de mi juventud cuando me rebelé contra ti. En vez de eso, recuérdame conforme tu amor inquebrantable, recuérdame con bondad, Señor.

Piensen otra vez, ustedes que menosprecian a Dios, o los haré trizas, y nadie podrá salvarlos.

El Señor se ha hecho conocer por su justicia; los malvados quedan atrapados en sus propios caminos. Higaion. Selah.

Tú has puesto nuestros pecados delante de ti, nuestros más profundos secretos son revelados a la luz de tu presencia.

El buey conoce a su dueño, y el asno conoce su comedero; pero mi pueblo no me conoce y no me entiende.

Señor, cuando sufrimos acudimos a ti, derramando nuestras oraciones como susurros mientras nos disciplinabas.

No pueden reflexionar, no tienen la sabiduría ni el entendimiento para decir: “Una parte de la leña que quemé en el fuego la usé para hornear mi pan y asar mi carne para comer. El resto lo usé para hacer un ídolo repugnante, y me inclino en adoración ante un bloque de madera”.

En sus fiestas ustedes tienen liras y arpas, panderetas y flautas, y vino, pero nunca consideran lo que hace el Señor, y no reconocen su ayuda.

Esto es lo que el Señor dice de su pueblo: Les encanta alejarse de mí; ni siquiera intentan evitarlo. Por eso el Señor se niega a aceptarlos. Ahora se acordará de sus acciones culpables y los castigará por sus pecados.

Yo veo todo lo que hacen. No pueden esconderse de mí, y sus pecados tampoco están ocultos para mí.

El pecado de Judá está inscrito con un punzón de hierro, grabado con una punta de diamante, en sus mentes y en las esquinas de sus altares donde adoran.

Tu propia maldad te disciplinará; tu propia desobediencia te dará una lección. Piénsalo y reconocerás qué amargo mal es para ti abandonar al Señor tu Dios y no respetarme, declara el Señor Dios Todopoderoso.

tú eres el que es supremamente sabio y el que hace cosas increíbles. Tú vigilas lo que hace cada uno, y lo recompensas según su forma de vivir y lo que merecen sus acciones.

Tú misma provocaste esto con tus propias actitudes y acciones. Este es tu castigo, y es tan doloroso que es como si te apuñalaran en el corazón”.

“Sobre ese incienso que quemaron a otros dioses en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, así como a tus padres, a tus reyes, a tus funcionarios y a la gente común; ¿no crees que el Señor no se acordaría ni pensaría en ello?

aunque tus profetas te den falsas visiones y profecías que son mentiras. Esta espada cortará el cuello de los malvados y los matará. Destruirá a quienes les ha llegado el día de cumplir su castigo.

El Señor tiene además una acusación en contra de Judá, y castigará a Jacob por las acciones del pueblo. Les pagará conforme a lo que han hecho.

Por lo tanto, al pueblo le ocurrirá lo mismo que a los sacerdotes: Los castigaré por lo que han hecho, y les pagaré por sus acciones.

En dos días nos sanará, y después de tres días nos levantará para que podamos vivir en su presencia.

Vienen a presentarme sus sacrificios y se comen la carne, pero yo, el Señor, no los acepto. Ahora él recordará su maldad y los castigará por sus pecados. Ellos volverán a Egipto.

Toda su maldad comenzó en Guilgal, y desde entonces comencé a aborrecerlos. Los expulsaré de mi casa por su maldad. No los amaré más, porque todos sus líderes son rebeldes.

porque se han corrompido hasta el límite, como en los tiempos de Guibeá. Él se acordará de su pecado, y castigará su maldad.

El Señor Dios, de quien se enorgullecen los descendientes de Jacob, ha hecho un juramento: No olvidaré el mal que han hecho.

“Ve de inmediato a la gran ciudad de Nínive y condénala porque yo he visto la maldad de su pueblo”.

Pero si no lo haces, claramente estarás pecando contra el Señor, y las consecuencias de tu pecado te alcanzarán.

Porque no hay nada oculto que no se revele, nada secreto que no llegue a saberse.

Así que no juzguen a nadie antes del tiempo correcto: cuando el Señor venga. Él traerá a la luz los secretos más oscuros que están ocultos, y revelará los motivos de las personas. Dios le dará a cada quien la alabanza que le corresponda.

Cómo me gustaría que fueran sabios, para que pudieran entenderlo; así reconocerían cuál puede ser su fin!

No hay ser vivo que esté oculto de su vista; todo está expuesto y es visible ante aquél a quien hemos de rendirle cuentas.




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