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Referencias Cruzadas
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Oseas 6:1

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“¡Vamos! Volvamos al Señor. Él nos ha hecho pedazos, pero ahora nos sanará; nos ha derribado, pero pondrá vendas en nuestras heridas.

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36 Referencias Cruzadas  

Así que los mensajeros fueron a todo Israel y Judá llevando cartas del rey y de sus funcionarios y con la autorización del rey. Decían: “Hijos de Israel, vuelvan al Señor, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, para que él los devuelva a ustedes, que han escapado de la opresión de los reyes de Asiria.

Me ha desgarrado en su cólera; en su hostilidad ha rechinado los dientes contra mí; mi enemigo me atraviesa con su mirada feroz.

Si te vuelves a Dios serás restaurado. Si renuncias a tu vida pecaminosa

Pero si Dios quiere guardar silencio, ¿quién puede condenarlo? Si decide ocultar su rostro, ¿quién podrá verlo? Ya sea que se trate de una nación o de un individuo,

Porque él causa dolor, pero proporciona alivio; él hiere, pero sus manos curan.

Señor, cuando me mostraste tu favor permanecí tan fuerte como una montaña. Pero cuando te apartaste de mí estaba aterrorizado.

Ten misericordia de mi, Señor, pique estoy débil; sáname, Señor, porque estoy enfermo hasta los huesos.

Me hiciste pasar por muchas tribulaciones y miseria, pero tú me traerás de regreso a la vida. Y me levantarás desde las profundidades de la tierra.

Tiempo de matar, y tiempo de curar. Tiempo de derribar, y tiempo de edificar.

En ese momento la gente le prestará atención a su Creador y mirará al Santo de Israel.

La gente vendrá y dirá: “Subamos al monte del Señor, al Templo del Dios de Jacob. Allí Dios nos enseñará sus caminos y seguiremos sus indicaciones. Las enseñanzas de Dios se extenderán desde Sión, y su palabra desde Jerusalén”.

Profanarás tus ídolos recubiertos de plata y tus imágenes recubiertas de oro. Los desecharás como un paño sucio usado para las menstruaciones, y les dirás: “¡Fuera de aquí!”.

La luna brillará tanto como el sol, y el sol brillará siete veces más, como si hubiera siete días de luz en uno. Así será cuando el Señor venda las lesiones de su pueblo y sane las heridas que le causó.

Los malvados deben cambiar sus costumbres y dejar de pensar en hacer algo malo. Deben volverse al Señor para que él tenga misericordia de ellos. Vuelvan a nuestro Dios, porque él es generoso con su perdón.

Volved, hijos infieles, y yo curaré vuestra infidelidad. “¡Ya estamos aquí! Sí, volvemos a ti, porque tú eres el Señor, nuestro Dios”.

Esto es lo que dice el Señor: Tienes una herida que no se puede curar, tienes una lesión terrible.

Pero yo te devolveré la salud y sanaré tus heridas, declara el Señor, porque la gente dice que has sido abandonada y que nadie se preocupa por ti, Sión.

Vienen a luchar contra los babilonios, pero sólo llenarán esas casas con los cadáveres de los que voy a matar en mi furiosa ira. He renunciado a esta ciudad a causa de toda su maldad.

Pero aun así, en el futuro la restauraré y repararé, y sanaré a su pueblo y le daré paz y seguridad duraderas.

Ese es el momento en que los pueblos de Israel y de Judá se unirán, llorando al ir a adorar al Señor, su Dios, declara el Señor.

Preguntarán por el camino de Sión y se pondrán en marcha en esa dirección. Llegarán y se comprometerán con el Señor en un acuerdo eterno que no se olvidará jamás.

Me arrastró de mi camino y me hizo pedazos, dejándome indefenso.

El pueblo me segirá a mi, al Señor. El Señor rugirá como león y entonces sus hijos vendrán temblando desde el oeste.

Ustedes deben volver a su Dios. Actúen con amor y hagan lo recto, y siempre esperen en Dios.

Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, porque tus pecados te han hecho caer.

Yo sanaré su falta de fe. Los amaré generosamente, porque ya no estoy enojado con ellos.

Después de esto, el pueblo de Israel volverá y se dedicará al Señor su Dios y al linaje de David, su rey. En los últimos días vendrán con asombro y reverencia por el Señor y su bondad.

“Sin embargo, si cuando el sacerdote venga a inspeccionarla y encuentra que el moho no ha reaparecido después de que la casa haya sido tapizada, declarará la casa limpia porque el moho ha desaparecido.

Reúnanse, sí, reúnanse, nación sin valor,

¡Escuchen! ¡Yo soy el único Dios! ¡No hay otro Dios excepto yo! Traigo la muerte y doy la vida; hiero y curo. Nadie puede ser rescatado de mi poder.

“El Señor mata y otorga vida; a unos los manda a la tumba, pero a otros los resucita.

Entonces Samuel le dijo a todo Israel: “Si desean sinceramente volver al Señor, desháganse de los dioses extranjeros y de las imágenes de Astoret, entréguense al Señor y adórenlo sólo a él, y él los salvará de los filisteos”.




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