“Nos mantendremos en el camino principal”, insistieron los israelitas. “Si nosotros o nuestro ganado bebemos tu agua, te pagaremos por ella. Eso es todo lo que queremos, sólo pasar a pie”.
Las vacas subieron en línea recta por el camino de Bet-Semes, mugiendo mientras avanzaban, yendo directamente por el camino principal y sin girar ni a la izquierda ni a la derecha. Los jefes filisteos las siguieron hasta la frontera de Bet-Semes.