Vinieron dos hombres malos, se sentaron frente a él y lo acusaron delante del pueblo, diciendo: “Nabot ha maldecido a Dios y al rey”. Así que lo llevaron fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta que murió.
“Diles a los israelitas: estas normas son para los israelitas y los extranjeros que viven entre ellos. Cualquiera que sacrifique sus hijos a Moloc debe ser ejecutado. La comunidad debe apedrearlos hasta la muerte.
Entonces todos los hombres de su pueblo lo apedrearán hasta la muerte. Deben eliminar el mal de entre ustedes, y todo israelita se enterará y tendrá miedo.
Entonces Josué dijo a Acán: “¿Por qué nos has traído tantos problemas? Hoy el Señor te traerá problemas”. Todos los israelitas apedrearon a Acán. Luego, cuando apedrearon a los demás, quemaron sus cuerpos.