Isbi-benob, uno de los descendientes de Refa, cuya lanza de bronce pesaba trescientos siclos, y que llevaba una espada nueva, dijo que iba a matar a David.
Incluso vimos gigantes allí, ¡son descendientes del gigante Anac! Comparados con ellos pareceríamos saltamontes, ¡y así debimos parecerles a ellos también!”
¿Adónde vamos? Nuestros hermanos nos aterrorizaron porque nos dijeron: ‘La gente es más grande y alta que nosotros; los pueblos son grandes, con altos muros que llegan hasta el cielo. ¡Hasta vimos a los descendientes del gigante Anac allí!’”
Eran un pueblo fuerte y numeroso, tan alto como los descendientes de Anac. Pero el Señor los destruyó cuando los amonitas los invadieron y los expulsaron y se establecieron allí,
Así que dame la región montañosa de la que habló el Señor. Ya oíste hablar entonces de los descendientes de Anac que vivían allí en grandes ciudades fortificadas. Si el Señor está conmigo, los expulsaré como el Señor prometió”.