Ese lugar se llamó Taberá, porque el fuego del Señor los quemó.
Cuando el Señor oyó esto, se enojó mucho, y el fuego de su enojo se encendió contra los descendientes de Jacob, el pueblo de Israel,
Entonces un grupo de alborotadores que estaba entre ellos tenían antojos de comida tan intensos que afectaron a los israelitas que empezaron a llorar de nuevo, preguntando “¿Quién va a conseguirnos algo de carne para comer?
Entonces fuego salió del Señor y quemó a los 250 hombres que ofrecían incienso.
Pero siguieron provocando al Señor en Tabera, en Masá y en Quibrot-hatavá.