Entonces lo lanzaron fuera de la viña y lo mataron. Ahora, ¿qué hará el dueño de la viña con ellos?
Pero cuando lo vieron venir, los granjeros debatieron entre ellos y dijeron: ‘Este es el heredero del dueño. ¡Matémoslo! Así podremos quedarnos con su herencia’.
Vendrá y los matará y le entregará la viña a otros”. Cuando ellos oyeron este relato, dijeron: “¡Ojalá que nunca ocurra eso!”
Del mismo modo, Jesús, murió también fuera de las puertas de la ciudad para santificar al pueblo de Dios por medio de su propia sangre.