“Entonces vino el hombre que recibió un talento. ‘Mi señor’, le dijo, ‘sé que eres un hombre duro. Siegas donde no sembraste y recoges cosechas que no plantaste.
El difunto salió. Sus manos y sus pies estaban envueltos con tiras de lino, y su cabeza estaba envuelta con un paño. “Quítenle las vendas y déjenlo ir”, les dijo Jesús.
y que el paño con que habían cubierto la cabeza de Jesús no estaba con los demás paños fúnebres sino que lo habían doblado y lo habían colocado solo aparte.