Jesús le dijo a sus discípulos: “Las tentaciones son inevitables, pero ¡cuán desastroso será para aquellos por medio de los cuales vienen las tentaciones!
Jesús se volvió hacia Pedro y le dijo: “¡Aléjate de mi, Satanás! ¡Eres una trampa para hacerme tropezar, porque estás pensando humanamente, y no como Dios piensa!”
“¡Cuán grande es el desastre que sobrevendrá en el mundo por todas sus tentaciones a pecar! ¡Las tentaciones ciertamente vendrán, pero será un desastre para la persona por quien viene la tentación!
Por lo tanto, no nos juzguemos más unos a otros. Por el contrario, decidamos no poner obstáculos en el camino de nuestros hermanos creyentes, ni hacerlos caer.
Ahora les ruego, mis hermanos creyentes: cuídense de los que causan discusiones y confunden a las personas de la enseñanza que han aprendido. ¡Aléjense de ellos!
Sin embargo, el Espíritu explica muy claramente que en los últimos tiempos algunos abandonarán su fe en Dios, y escucharán espíritus engañadores y creencias que provienen de demonios.
“Pero tengo unas cuantas cosas contra ti: Hay algunos entre ustedes que guardan las enseñanzas de Balaam, quien enseñó a Balac a engañar a los hijos de Israel por medio de alimentos sacrificados a ídolos y por medio de pecados sexuales.
“Pero tengo algo contra ti: estás dejando que la mujer llamada Jezabel, que se llama a sí misma profetisa, enseñe a mis seguidores, conduciéndolos a la perdición de pecados sexuales, y a comer alimentos sacrificados a ídolos.