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Referencias Cruzadas
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Lucas 16:23

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En el Hades, donde estaba atormentado, el hombre rico miró hacia arriba y vio a Abrahán a lo lejos, y Lázaro estaba a su lado.

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26 Referencias Cruzadas  

Porque no me abandonarás en la tumba, ni permitirás que tu santo experimente la descomposición de su cuerpo.

Pero seguramente Dios me rescatará del poder de la muerte; él me traerá de vuelta. Selah.

Porque tu amor es grande para mí; me has salvado de la muerte.

Los malvados perecen, y van a la tumba. Así ocurre con las naciones que le dan la espalda a Dios.

El camino de la vida para los justos va hacia arriba, para que pueden evitar caer en la tumba que esta debajo.

Ella te conducirá a la muerte, y te llevará hasta la tumba.

Su casa conduce a la muerte, y en su planta baja se encuentran las moradas de la muerte.

Pero ellos no saben que los Muertos están con ella, que aquellos a quienes ella ha invitado antes están en lo profundo de una tumba.

Pero tú serás arrastrado al sepulcro, a las profundidades de la fosa.

“Los que están en la tumba de abajo están ansiosos por recibirte cuando llegues. Despierta a los espíritus de los muertos para recibirte, los de todos los gobernantes de la tierra. Todos los reyes de las naciones se levantan de sus tronos.

Y ¿qué decir de ti, Capernaúm? ¿Serás exaltada hasta el cielo? No, ¡Tú irás al Hades! Si los milagros que hice entre ustedes hubieran sido hechos en Sodoma, aún hoy existiría Sodoma.

Si tu ojo te hace pecar, sácalo y bótalo. Es mejor que entres a la vida eterna con un solo ojo que tener dos ojos y ser lanzado al fuego de Gehena.

Serpientes, camada de víboras, ¿cómo escaparán del juicio de Gehena?

Pero yo les digo: cualquiera que está enojado con su hermano será condenado como culpable. Cualquiera que llama a su hermano ‘idiota’ tiene que dar cuenta ante el concilio, y cualquiera que insulta a la gente, de seguro irá al fuego de Gehena”.

Si tu ojo derecho te lleva a pecar, entonces sácalo y bótalo, porque es mejor perder una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo sea lanzado en el fuego de Gehena.

Y ellos gritaban: “¿Qué tienes que ver con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a torturarnos antes de tiempo?”

“‘Padre Abrahán,’ exclamó, ‘Ten misericordia de mí y envía a Lázaro que moje su dedo en agua y refresque mi lengua, porque me estoy quemando y agonizo’.

Pues tengo cinco hermanos y él puede advertirles para que no terminen aquí en este lugar tormentoso’.

Cuando vio a Jesús gritó, se lanzó a los pies de Jesús y le preguntó en voz alta: “¿Qué quieres conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Por favor, no me tortures, te lo ruego!”

Muerte, ¿dónde está tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón”?

Porque Dios no perdonó ni siquiera a los ángeles cuando pecaron. Sino que los lanzó al Tártaro, manteniéndolos en pozos de oscuridad, listos para el juicio.

Entonces el diablo, que los había engañado, fue lanzado en un lago de fuego y azufre, donde habían sido lanzados la bestia y el falso profeta, y sufrirán con agonía día y noche, por siempre y para siempre.




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