“Imaginen que una mujer tiene diez monedas de plata, y pierde una de ellas. ¿No encendería ella una lámpara y luego barrería la casa, buscando cuidadosamente hasta encontrarla?
Así como un pastor va en busca de su oveja perdida cuando está con el rebaño, así yo buscaré a mis ovejas. “Las rescataré de todos los lugares en los que se dispersaron en un día oscuro y lúgubre.
Y cuando la encuentra, llama a sus amigos y vecinos y los invita, diciendo: ‘¡Vengan y celebren conmigo! He encontrado la moneda de plata que había perdido’.
Muchos de los que practicaban la brujería recogieron sus libros de magia y los llevaron para ser quemados públicamente. Y sacaron cuentas sobre el valor de los libros, y el total era de cincuenta mil monedas de plata.