“Entonces el hermano mayor le dijo a su padre: ‘Mira, todos estos años te he servido, y nunca te he desobedecido, pero nunca me diste siquiera un becerro pequeño para hacer una fiesta con mis amigos.
“Imaginen que una mujer tiene diez monedas de plata, y pierde una de ellas. ¿No encendería ella una lámpara y luego barrería la casa, buscando cuidadosamente hasta encontrarla?
Yo solía vivir sin darme cuenta de lo que la ley realmente significaba, pero cuando comprendí las implicaciones de ese mandamiento, entonces el pecado volvió a la vida y morí.