Entonces les contó este relato a manera de ilustración. “Había un hombre que tenía una higuera plantada en su viña. Él fue buscar frutos en el árbol, pero no encontró ninguno.
Voy a destruirlos, declara el Señor. No quedarán uvas en las vides, ni higos en los árboles; hasta las hojas se marchitarán. Perderán todo lo que les di.
Ustedes no me eligieron a mí, yo los elegí a ustedes. Yo les he dado a ustedes la responsabilidad de ir y producir fruto duradero. Entonces el Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre.