¿Acaso pueden ustedes añadir una hora a su vida preocupándose por ello?
¡Sólo fíjate los pocos días que me has dado! A tus ojos todo mi tiempo es como si fuera nada. Nuestras vidas aquí son como un simple suspiro… Selah.
Ni siquiera juren por su cabeza, porque ustedes no tienen el poder de hacer que uno solo de sus cabellos sea blanco o negro.
¿Quién de ustedes puede, por mucho que se afane, añadir un minuto a su vida?
Si no pueden hacer nada por cosas tan pequeñas, ¿por qué preocuparse por lo demás?
Y quería ver quién era Jesús, pero como era bajo en estatura, no podía ver por encima de la multitud.