Entonces Jesús le dijo a sus discípulos: “Por eso les digo que no se preocupen por las cosas de la vida, por lo que van a comer, o por la ropa que deben usar.
“Cuando sean llevados para ser juzgados en las sinagogas, ante los gobernantes, y las autoridades, no tengan miedo sobre cómo van a defenderse, o lo que dirán.
Yo preferiría que se mantuvieran libres de tales preocupaciones. Un hombre que no está casado está más atento a las cosas que son importantes para el Señor, y cómo puede agradarle.