Cuando los discípulos de Juan se fueron, Jesús comenzó a hablarles a las multitudes sobre Juan. “¿Qué esperaban ver cuando salieron al desierto? ¿Una caña zarandeada por el viento?
Él será grande a la vista del Señor. Se negará a beber vino o cualquier otra bebida alcohólica. Estará lleno del Espíritu Santo incluso antes de nacer.