Deben permanecer a la entrada del Tabernáculo de Reunión durante siete días, día y noche, y seguir las órdenes del Señor para que no mueran, porque esto es lo que se me ha mandado a hacer”.
Puso el turbante en la cabeza de Aarón y colocó la placa de oro, la corona sagrada, en la parte delantera del turbante, como el Señor le había ordenado.
“¿Qué crees que prefiere el Señor? ¿Los holocaustos y los sacrificios? ¿O que seas obediente a su palabra?” le preguntó Samuel. “¡Escucha! ¡La obediencia es mejor que los sacrificios! Prestar atención es más importante que ofrecer la grasa de los carneros.